L D (EFE) En la conferencia participan 1.300 delegados que representan a las 18 provincias, así como a las tribus, grupos religiosos y partidos políticos del país, quienes elegirán a 81 miembros del órgano consultivo, que tendrá poderes para aprobar el presupuesto del Estado, y vetar al Ejecutivo. Las otras 19 plazas en la asamblea o Parlamento, están reservadas a los miembros del disuelto Consejo de Gobierno iraquí que no fueron llamados para formar parte del actual Gobierno interino.
El encuentro, que en principio se debía celebra el pasado 28 de julio en virtud de una ley promulgada por la extinta administración encabezada por EEUU, es según sus organizadores, un paso fundamental que encauza el proceso político. La Conferencia ha sido boicoteada por algunos líderes iraquíes, entre ellos el clérigo rebelde chií Muqtada Al Sader, pese a la intensa campaña de promoción llevada a cabo por el Gobierno interino durante los últimos meses.
"Aceptamos oposición, aunque no vamos a consentir la existencia de una milicia armada", señaló por su parte el presidente interino iraquí, Ghazi Al Yawar, en aparente alusión al autodenominado “Ejército de Mahdi”, compuesto por los seguidores del clérigo radical. Coincidiendo con esta Conferencia, el Gobierno interino iraquí anunció la víspera la reanudación de las actividades militares contra la milicia chií en Nayaf en respuesta a las negociaciones que mantuvo con los representantes de Al Sader.
El ministro del Interior, Falam Hassan Al Naquib, anunció que a en la zona central de Bagdad regirá el toque de queda con el propósito de proteger la Conferencia de posibles ataques de los insurgentes. "Todos los terroristas, iraquíes y extranjeros, son nuestros enemigos, y vamos a acabar con ellos", apuntó Massum en su intervención.
El encuentro, que en principio se debía celebra el pasado 28 de julio en virtud de una ley promulgada por la extinta administración encabezada por EEUU, es según sus organizadores, un paso fundamental que encauza el proceso político. La Conferencia ha sido boicoteada por algunos líderes iraquíes, entre ellos el clérigo rebelde chií Muqtada Al Sader, pese a la intensa campaña de promoción llevada a cabo por el Gobierno interino durante los últimos meses.
"Aceptamos oposición, aunque no vamos a consentir la existencia de una milicia armada", señaló por su parte el presidente interino iraquí, Ghazi Al Yawar, en aparente alusión al autodenominado “Ejército de Mahdi”, compuesto por los seguidores del clérigo radical. Coincidiendo con esta Conferencia, el Gobierno interino iraquí anunció la víspera la reanudación de las actividades militares contra la milicia chií en Nayaf en respuesta a las negociaciones que mantuvo con los representantes de Al Sader.
El ministro del Interior, Falam Hassan Al Naquib, anunció que a en la zona central de Bagdad regirá el toque de queda con el propósito de proteger la Conferencia de posibles ataques de los insurgentes. "Todos los terroristas, iraquíes y extranjeros, son nuestros enemigos, y vamos a acabar con ellos", apuntó Massum en su intervención.