L D (EFE) El lago de Schinias acogió la primera de las dos jornadas dedicadas a las finales de remo en las que se concentró la presencia española, liderada por Domínguez, cuya inclusión en la final supone un hito en el remo español, que por primera vez cuenta con una deportista en las finales olímpicas femeninas absolutas. Los remeros llegaron a Atenas sin confianza en el trabajo que habían desarrollado a las órdenes de Postiglione, al que acusan de someterles a sesiones de entrenamientos duras en periodos prolongados, y dicen sufrir a unos dirigentes "autoritarios" con los que el diálogo no existe.
Sabedora de que su meritoria actuación, no tanto por la final sino por el hecho de haberse clasificado para disputarla, la situaba como la única en disposición de tener "un poco de derecho a ser escuchada", el caudal de sus lágrimas y el temblor de sus manos fue en aumento al denunciar el comportamiento del presidente de la Federación Española, Fernando Climent, y del responsable técnico, Giovanni Postiglione. Domínguez denunció que Postiglione "nunca ha escuchado, ni tampoco querido reconocer ningún error", si bien admitió que "por supuesto", que los remeros también los han cometido, pero insiste en que no ha escuchado nunca a los remeros, ni hizo caso de sus sensaciones". Añadió que los directivos de la Federación Española conocían el malestar de los remeros, pero "lo ignoraron y dejaron pasar el tiempo".
Domínguez comparó a los remeros con unos "auténticos zombis", como consecuencia del sobreesfuerzo y el abatimiento, y le duele que "ahora alegarán" que los deportistas no estaban "motivados", que es lo que "más duele, después de entregarles todo nuestro esfuerzo y nuestra vida durante estos años". Por su parte Eva Mirones, integrante junto a Teresa Mas de Xaxars del doble scull ligero femenino que hoy fue quinto en la final B, aseguró que el rendimiento del equipo nacional en Atenas es "el resultado de un programa patético". Mirones afirmó que acudió a Atenas "sabiendo que esto iba a pasar", y pone su bote como el "claro ejemplo" de funcionamiento y resultados hasta hace dos meses, cuando no seguía el "programa de la Federación", una excepcionalidad que lograron en "condiciones muy duras", y que les llevó, entre otras cosas, a sufrir la "congelación" de sus becas.
El asturiano Rubén Álvarez, tripulante junto al gallego Juan Zunzunegui del doble scull ligero masculino, que alcanzó diploma olímpico, dijo que ha habido muchos errores por parte de la Federación, y abogó por "el diálogo e intentar solucionarlos porque sino la selección de remo va a dejar de existir por el ambiente que hay". El gallego Juan Zunzunegui comparte con el resto del equipo olímpico español la teoría de que no quieren entrenar "menos, sino entrenar mejor", después de una temporada en la que han entrenado "muchas horas, pero sin control ninguno".
Sabedora de que su meritoria actuación, no tanto por la final sino por el hecho de haberse clasificado para disputarla, la situaba como la única en disposición de tener "un poco de derecho a ser escuchada", el caudal de sus lágrimas y el temblor de sus manos fue en aumento al denunciar el comportamiento del presidente de la Federación Española, Fernando Climent, y del responsable técnico, Giovanni Postiglione. Domínguez denunció que Postiglione "nunca ha escuchado, ni tampoco querido reconocer ningún error", si bien admitió que "por supuesto", que los remeros también los han cometido, pero insiste en que no ha escuchado nunca a los remeros, ni hizo caso de sus sensaciones". Añadió que los directivos de la Federación Española conocían el malestar de los remeros, pero "lo ignoraron y dejaron pasar el tiempo".
Domínguez comparó a los remeros con unos "auténticos zombis", como consecuencia del sobreesfuerzo y el abatimiento, y le duele que "ahora alegarán" que los deportistas no estaban "motivados", que es lo que "más duele, después de entregarles todo nuestro esfuerzo y nuestra vida durante estos años". Por su parte Eva Mirones, integrante junto a Teresa Mas de Xaxars del doble scull ligero femenino que hoy fue quinto en la final B, aseguró que el rendimiento del equipo nacional en Atenas es "el resultado de un programa patético". Mirones afirmó que acudió a Atenas "sabiendo que esto iba a pasar", y pone su bote como el "claro ejemplo" de funcionamiento y resultados hasta hace dos meses, cuando no seguía el "programa de la Federación", una excepcionalidad que lograron en "condiciones muy duras", y que les llevó, entre otras cosas, a sufrir la "congelación" de sus becas.
El asturiano Rubén Álvarez, tripulante junto al gallego Juan Zunzunegui del doble scull ligero masculino, que alcanzó diploma olímpico, dijo que ha habido muchos errores por parte de la Federación, y abogó por "el diálogo e intentar solucionarlos porque sino la selección de remo va a dejar de existir por el ambiente que hay". El gallego Juan Zunzunegui comparte con el resto del equipo olímpico español la teoría de que no quieren entrenar "menos, sino entrenar mejor", después de una temporada en la que han entrenado "muchas horas, pero sin control ninguno".