L D (EFE) Germán López Madrid, presidente de ANIACAM, la asociación nacional de importadores de automóviles, considera que el planteamiento expuesto por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, es “teóricamente correcto, pero al no tener en cuenta variables fundamentales, es incompleto, y estas variables llevan años teniéndose en cuenta en la UE”.
En este sentido, el presidente de esta asociación matizó que “la velocidad es un parámetro de la accidentalidad, pero no es en sí misma la causa de esa siniestralidad, sino la desaceleración brusca producida por un exceso de velocidad”. López Madrid apuntó que el entorno del tráfico es algo que debe ser mejorado en este campo y, dentro de ese entorno citó expresamente actuaciones sobre la señalización, los guardaraíles, la iluminación, la eliminación de puntos negros, todos ellos factores que “tendrán más efecto inmediato en la reducción de la siniestralidad que intentar convencer a la sociedad de que se reduzcan estos límites”.
El presidente de Aniacam aludió a estudios de esta organización en los que se desprende que motores fuera de punto originan sensibles aumentos del consumo de carburante. A este respecto, López Madrid abogó por un mayor rigor de las Administraciones Públicas en las Inspecciones Técnicas de Vehículos y en las iniciativas tendentes al rejuvenecimiento del parque.
Por su parte, Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), cree que una medida como la propuesta no es eficaz, ya que los propios fabricantes de automóviles son los que más han contribuido con los nuevos modelos a reducir las emisiones y a aumentar los parámetros de seguridad activa y pasiva. Como alternativa propuso primar las ayudas a la industria automovilística para acelerar el proceso de producción de motores más ecológicos.
También el Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) ha respondido al anuncio hecho por la ministra, al considerar la propuesta como “inapropiada y falta de sentido”, según declaraciones de su director jurídico, Eugenio de Dobrynine, el cual ha señalado que “hoy por hoy los vehículos salen con suficientes sistemas de control y las petroleras producen combustibles cada vez menos contaminantes”, por lo que la propuesta de Narbona tendría una incidencia “prácticamente inapreciable”.
Finalmente, un portavoz del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) ha dicho que “la reducción de la velocidad no implica reducción de emisiones” y añadió que es preceptivo un estudio económico del gasto en señalización que dicha medida puede acarrear.
En este sentido, el presidente de esta asociación matizó que “la velocidad es un parámetro de la accidentalidad, pero no es en sí misma la causa de esa siniestralidad, sino la desaceleración brusca producida por un exceso de velocidad”. López Madrid apuntó que el entorno del tráfico es algo que debe ser mejorado en este campo y, dentro de ese entorno citó expresamente actuaciones sobre la señalización, los guardaraíles, la iluminación, la eliminación de puntos negros, todos ellos factores que “tendrán más efecto inmediato en la reducción de la siniestralidad que intentar convencer a la sociedad de que se reduzcan estos límites”.
El presidente de Aniacam aludió a estudios de esta organización en los que se desprende que motores fuera de punto originan sensibles aumentos del consumo de carburante. A este respecto, López Madrid abogó por un mayor rigor de las Administraciones Públicas en las Inspecciones Técnicas de Vehículos y en las iniciativas tendentes al rejuvenecimiento del parque.
Por su parte, Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), cree que una medida como la propuesta no es eficaz, ya que los propios fabricantes de automóviles son los que más han contribuido con los nuevos modelos a reducir las emisiones y a aumentar los parámetros de seguridad activa y pasiva. Como alternativa propuso primar las ayudas a la industria automovilística para acelerar el proceso de producción de motores más ecológicos.
También el Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) ha respondido al anuncio hecho por la ministra, al considerar la propuesta como “inapropiada y falta de sentido”, según declaraciones de su director jurídico, Eugenio de Dobrynine, el cual ha señalado que “hoy por hoy los vehículos salen con suficientes sistemas de control y las petroleras producen combustibles cada vez menos contaminantes”, por lo que la propuesta de Narbona tendría una incidencia “prácticamente inapreciable”.
Finalmente, un portavoz del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) ha dicho que “la reducción de la velocidad no implica reducción de emisiones” y añadió que es preceptivo un estudio económico del gasto en señalización que dicha medida puede acarrear.