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HAN HECHO DE LA BIBLIOTECA UNA MEZQUITA, Y RECHAZAN A LAS ATS

Los funcionarios de la cárcel de Topas reiteran que los islamistas controlan uno de los módulos

Ante la denuncia realizada este jueves por el diario El Mundo, fuentes de Instituciones Penitenciarias han negado a la Cadena COPE que un grupo de islamistas radicales de la cárcel salmantina de Topas controle uno de los módulos para realizar sus prácticas religiosas. Sin embargo, funcionarios de la prisión han reiterado a la misma emisora que la denuncia es real y que los mencionados presos han convertido un módulo en su territorio en el que han impuestos sus propias reglas. También impiden la entrada a mujeres médicos. Entre los presos hay un hermano de dos de los suicidas de Leganés.

Ante la denuncia realizada este jueves por el diario El Mundo, fuentes de Instituciones Penitenciarias han negado a la Cadena COPE que un grupo de islamistas radicales de la cárcel salmantina de Topas controle uno de los módulos para realizar sus prácticas religiosas. Sin embargo, funcionarios de la prisión han reiterado a la misma emisora que la denuncia es real y que los mencionados presos han convertido un módulo en su territorio en el que han impuestos sus propias reglas. También impiden la entrada a mujeres médicos. Entre los presos hay un hermano de dos de los suicidas de Leganés.
(Libertad Digital) La situación de la cárcel de Topas en Salamanca se ha convertido en un verdadero problema para los funcionarios. Un grupo de unos 110 musulmanes han convertido el módulo 9 donde están recluidos en su verdadero territorio en el que han impuesto sus propias reglas. La situación es tal que tanto los propios funcionarios como el resto de los reclusos han decidido denunciar la situación.
 
Según informa este jueves el diario El Mundo, los musulmanes de la prisión han tomado la sala de lectura para convertirla en una verdadera mezquita en la que nadie que no profese la religión musulmana puede entrar. A falta de alfombras, han puesto mantas sobre el suelo.
 
Además, para llamar a la oración y como si estuviera en un auténtico alminar, el muecín avisa a los fieles cinco veces por día, especialmente poco antes de la medianoche y a las seis de la mañana, lo que ha provocado las protestas de los presos. Un funcionario declaró al mencionado diario que "les llamamos la atención, pero no hacen caso. En la cárcel, el tema del sueño es sagrado y ellos despiertan al resto de los presos. El reglamento dice que todos tienen derecho a ocho horas de descanso nocturno, pero los musulmanes están imponiendo sus costumbres y no respetan el derecho de los otros internos".
 
Rechazo a las ATS
 
Los musulmanes, además, rechazan la presencia de personal sanitario femenino en esta prisión.
 
Otro de los funcionares de la prisión, "al entrar en el módulo, parece que cruzas a otro país. Decimos que vamos a tener que traer pasaporte del Magreb. El módulo es suyo. A las autoridades no les ha quedado más remedio que aceptarlo porque hemos tenido plantes muy gordos de los árabes. Esta prisión es un polvorín". Por su parte, José Ramón López, presidente del sindicato ACAIP, que agrupa a los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, indicó que "la influencia que generan estos internos sobre los demás es alta. Son grupos de presión que intentan controlar el tráfico de drogas y fomentan las peleas y los motines. Además, con estos niveles de hacinamiento, aumenta la tensión".
 
La cárcel de Topas cuenta con 1.512 presos, de los cuales unos 806 son extranjeros, es decir el 53 por ciento. Para evitar problemas entre los reclusos de diferentes nacionalidades y/o religiones, los funcionarios decidieron separarlos por módulos. Así, en el módulo 3 están recluidos los españoles más dificultosos mientras que los musulmanes en el 9. El resto de los 13 módulos con compartidos por el resto de presos. En el 9, también recluidos algunos árabes que no practican la religión musulmana pero que se ven obligados a rezar ante las amenazas de los islamistas.
 
Un hermano de dos de los inmolados en Leganés
 
Entre los presos figura el marroquí Khalid Oulad Akcha, hermano de dos de los siete miembros del comando responsable de los atentados del 11 de marzo en Madrid, que se suicidaron el 3 de abril en Leganés inmolándose con explosivos. Akcha, que cumple pena por robo y lesiones, había sido interrogado por el juez Juan del Olmo, quien consideró que no estaba implicado en la masacre.
 
Esta situación tiene mucha similitudes con lo que ocurría en la década de los 80 en las cárceles del Perú donde miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso se adueñaban de módulos enteros para realizar verdaderos desfiles, con banderas y pancartas, en apoyo a Abimael Guzmán, sanguinario líder del grupo y conocido por los terroristas como "Presidente Gonzalo". Muchos de estos presos recibían además adiestramiento ideológico con la libre circulación de textos terroristas mientras las autoridades carcelarias no hacían nada para evitarlo. Hoy en día, la situación ha cambiado y los terroristas están en diferentes cárceles del Perú sin posibilidad de organizarse entre ellos.

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