El Real Madrid se marcha de Leverkusen con una humillación histórica (3-0)

(Libertad Digital) El Real Madrid no espabila. La imagen ofrecida en el Bay Arena fue penosa y el Bayer Leverkusen le dio todo un baño. Se dejó comer terreno por Ramelow, pero sobre todo por las bandas, donde tanto Freier como Kryznowek hicieron mucho daño. El polaco puso veneno en cada uno de sus lanzamientos a puerta. Uno de ellos mandó a la lona al Madrid. Era el minuto 39. El misil dio en el palo, pegó en la espalda de Casillas y se fue dentro.

 

Más allá del calado de las ocasiones de las que dispuso el Bayer -14 tiros a puerta en la primera mitad-, lo cierto es que el equipo blanco nunca tuvo buena pinta. Lo más potable de los de Camacho fue un balón que cazó Ronaldo a los 29 minutos y que se fue al palo. Poco argumento para un Madrid del que a priori siempre se espera lo mejor. El equipo español se quedó sin Zidane tras el descanso por culpa de un golpe en el hombro, y en su lugar salió Morientes. Camacho cambió el guión: Raúl se echó al costado izquierdo, como en la época de Fabio Capello, y Morientes y Ronaldo se quedaron arriba.

El Bayer es un equipo con orden. Juan y Roque Junior ponen seguridad atrás y Schneider es un tipo reciclado al lateral al que le sobra talento. Arriba, França cuenta con mucha movilidad y lo intenta desde todos los lados. Los equipos alemanes están acostumbrados a lanzar desde fuera del área. Es algo que en España no se lleva. En la Liga española, el juego es más elaborado. França volvió loco al Madrid. Su gol, el segundo del Bayer, fue hermoso de ejecución. Encaró a Beckham, se fue del inglés con autoridad y clavó la pelota en el portal de Iker. Era un 2-0 que hizo mucho daño al Madrid.

El Bayer bailó al Madrid con diez minutos espectaculares. Y hasta Walter Samuel, que vino de salvador este año, no tuvo su día. Un fallo suyo en el despeje puso a Berbatov a placer el tercer gol. Camacho, desesperado, dio una nueva vuelta de tuerca a la alineación. Quitó a Figo, el mejor de los blancos hasta ese momento, y con él se fue a la ducha Ronaldo. Salieron Celades y Solari para intentar salvar los muebles. El andorrano y Helguera tomaron el mando, con el argentino en el carril izquierdo. Raúl y Morientes estaban por delante. Tampoco funcionó el invento, aunque en los últimos minutos jugó con más verticalidad. Al Madrid le faltó circulación y movilidad. Nunca tuvo creación ni buena salida del balón, y eso se paga. Resuelto el debate de la búsqueda del central, ahora a Camacho le va a caer la polémica de encontrar a un organizador en el centro del campo. Será el enésimo problema.