L D (EFE) Curiosamente, el Olympiacos no lograba puntuar en sus viajes por el continente europeo desde la última vez en la que ambos equipos se vieron las caras en Riazor, el 18 de septiembre de 2001, en un partido que, al igual que el de este miércoles, abría la edición 2001-02 de la Liga de Campeones.
Contra el equipo griego, Javier Irureta se decantó por Lionel Scaloni para suplir las bajas de los lesionados Mauro Silva y Aldo Duscher, que dejaron en cuadro el medio del campo deportivista. Así las cosas, el jugador argentino acompañó a Sergio González en el doble pivote, en tanto que el canterano Carlos Pita, que se sentó en el banquillo, no pudo debutar con el primer equipo en partido oficial. En el Olympiacos fueron titulares tres viejos conocidos de la afición española: un ex del Barcelona, Giovanni, otro del Deportivo y otros clubes de la Liga, Gabriel Schurrer, y otro con pasado azulgrana y blanquiazul, Rivaldo.
Este último demostró que su zurda sigue siendo de oro y que su visión de juego se mantiene intacta. No se puede decir lo mismo de Giovanni, ausente. Los movimientos de Rivaldo son escalofriantes, tanto como la mágica chilena que envió por encima de un sorprendido Molina a los quince minutos de juego. Tuvo muchos más detalles antes de que se le fuera agotando la gasolina, porque físicamente no está como en su etapa en el Deportivo, que lo trajo a Europa, o en el Barcelona. De sus botas salió un espléndido cambio de banda a Georgatos, y un lanzamiento de falta, previa colocación, como siempre, con las piernas arqueadas, que atemorizó a la parroquia deportivista.
Pero Rivaldo solo no basta para doblegar al Deportivo, aunque pudo hacerlo. Al Olympiacos le faltó un killer. Los griegos disfrutaron de varias ocasiones claras para adelantarse en el marcador en el primer tiempo, pero Okkas, que había visitado Riazor con idéntica fortuna el pasado año cuando jugaba en el AEK, perdonó a los deportivistas. Y es que en el lanzamiento de Rivaldo, Molina, sorprendido por el bote, despejó mal el balón, y Okkas, que se quedó solo ante el valenciano, estrelló el esférico en su cuerpo. Del Dépor, muy poco que contar en una primera parte horrible. Aguantó el equipo en defensa, aunque pasó muchos problemas, y en ataque simplemente no funcionó. Las únicas ocasiones de peligro se produjeron a balón parado, con un disparo de Pandiani y un remate de César, en los que ni siquiera tuvo que intervenir el portero Nikopolidis, campeón de Europa con la selección griega.
En la primera parte, Luque no dio pie con bola en la banda izquierda, Munitis apenas apareció por la derecha, Valerón no aportó gran cosa en la media punta, los laterales Romero y Manuel Pablo no se sumaron al ataque, y Pandiani no recibió balones en la delantera. Es decir, el juego del Dépor fue nulo. El panorama cambió en la segunda mitad. El Dépor tuvo otro aire desde la reanudación, con Munitis, Valerón y Luque más activos que en el primer periodo, aunque la pegada del equipo siguió siendo mínima. A los dos minutos de la segunda parte, Luque asistió a Pandiani, pero el uruguayo indultó a los helenos fallando incomprensiblemente el maravilloso pase del catalán, con el que protagonizó un enfrentamiento la semana pasada en un entrenamiento.
A los 71 minutos, Irureta se decantó por sustituir a Luque, despedido con división de opiniones, e introducir en su lugar a Fran. El centrocampista gallego recibió una calurosa ovación de la afición, que hasta ese momento tan sólo había celebrado los goles que recibió el Real Madrid en su compromiso ante el Bayer Leverkusen. La presencia ofensiva de los deportivistas fue tan reducida que su primer disparo entre los tres palos no llegó hasta el minuto 72, cuando Munitis probó fortuna con un lanzamiento lejano que detuvo sin problemas Nipolidis. Poco fútbol y un pésimo arranque de Liga de Campeones para el Deportivo.
Contra el equipo griego, Javier Irureta se decantó por Lionel Scaloni para suplir las bajas de los lesionados Mauro Silva y Aldo Duscher, que dejaron en cuadro el medio del campo deportivista. Así las cosas, el jugador argentino acompañó a Sergio González en el doble pivote, en tanto que el canterano Carlos Pita, que se sentó en el banquillo, no pudo debutar con el primer equipo en partido oficial. En el Olympiacos fueron titulares tres viejos conocidos de la afición española: un ex del Barcelona, Giovanni, otro del Deportivo y otros clubes de la Liga, Gabriel Schurrer, y otro con pasado azulgrana y blanquiazul, Rivaldo.
Este último demostró que su zurda sigue siendo de oro y que su visión de juego se mantiene intacta. No se puede decir lo mismo de Giovanni, ausente. Los movimientos de Rivaldo son escalofriantes, tanto como la mágica chilena que envió por encima de un sorprendido Molina a los quince minutos de juego. Tuvo muchos más detalles antes de que se le fuera agotando la gasolina, porque físicamente no está como en su etapa en el Deportivo, que lo trajo a Europa, o en el Barcelona. De sus botas salió un espléndido cambio de banda a Georgatos, y un lanzamiento de falta, previa colocación, como siempre, con las piernas arqueadas, que atemorizó a la parroquia deportivista.
Pero Rivaldo solo no basta para doblegar al Deportivo, aunque pudo hacerlo. Al Olympiacos le faltó un killer. Los griegos disfrutaron de varias ocasiones claras para adelantarse en el marcador en el primer tiempo, pero Okkas, que había visitado Riazor con idéntica fortuna el pasado año cuando jugaba en el AEK, perdonó a los deportivistas. Y es que en el lanzamiento de Rivaldo, Molina, sorprendido por el bote, despejó mal el balón, y Okkas, que se quedó solo ante el valenciano, estrelló el esférico en su cuerpo. Del Dépor, muy poco que contar en una primera parte horrible. Aguantó el equipo en defensa, aunque pasó muchos problemas, y en ataque simplemente no funcionó. Las únicas ocasiones de peligro se produjeron a balón parado, con un disparo de Pandiani y un remate de César, en los que ni siquiera tuvo que intervenir el portero Nikopolidis, campeón de Europa con la selección griega.
En la primera parte, Luque no dio pie con bola en la banda izquierda, Munitis apenas apareció por la derecha, Valerón no aportó gran cosa en la media punta, los laterales Romero y Manuel Pablo no se sumaron al ataque, y Pandiani no recibió balones en la delantera. Es decir, el juego del Dépor fue nulo. El panorama cambió en la segunda mitad. El Dépor tuvo otro aire desde la reanudación, con Munitis, Valerón y Luque más activos que en el primer periodo, aunque la pegada del equipo siguió siendo mínima. A los dos minutos de la segunda parte, Luque asistió a Pandiani, pero el uruguayo indultó a los helenos fallando incomprensiblemente el maravilloso pase del catalán, con el que protagonizó un enfrentamiento la semana pasada en un entrenamiento.
A los 71 minutos, Irureta se decantó por sustituir a Luque, despedido con división de opiniones, e introducir en su lugar a Fran. El centrocampista gallego recibió una calurosa ovación de la afición, que hasta ese momento tan sólo había celebrado los goles que recibió el Real Madrid en su compromiso ante el Bayer Leverkusen. La presencia ofensiva de los deportivistas fue tan reducida que su primer disparo entre los tres palos no llegó hasta el minuto 72, cuando Munitis probó fortuna con un lanzamiento lejano que detuvo sin problemas Nipolidis. Poco fútbol y un pésimo arranque de Liga de Campeones para el Deportivo.
Ficha técnica del partido
Olympiacos, 0: Nikopolidis; Pantos (Kostoulas, m.89), Anatolakis, Schurrer, Venetidis; Rivaldo, Kafes, Stoltidis, Georgatos (Georgiadis, m.85); Giovanni (Mavrogenidis, m.77) y Okkas
Árbitro: Frank De Bleeckere (Bélgica). Mostró tarjeta amarilla a Kafes (m.19) y a Stoltidis (m.62), por parte del Olympiacos, y a Pandiani (m.45) y César (m.87), por parte del Deportivo
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del Grupo A de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Riazor ante unos 22.000 espectadores