LD (EFE) En una diligencia supervisada por el juez chileno Juan Guzmán, que investiga la desaparición en 1976 de la cúpula del Partido Comunista, un equipo de buzos extrajo del mar, a cincuenta kilos, frente a las playas Albatros y Loncura del puerto de Quintero, varios rieles que habrían sido usados para hundir cuerpos de detenidos desaparecidos bajo la dictadura de Augusto Pinochet.
El hallazgo fue materializado tras varias horas de trabajo, en un mar agitado, a un kilómetro de la costa en la bahía de Quintero, a unos 150 kilómetros al noroeste de Santiago. Guzmán siguió a bordo de una embarcación, paso a paso, las operaciones de los buzos, que descendieron a una profundidad de treinta metros en puntos fijados anteriormente. Allí localizaron cuatro trozos de vías férreas que serán sometidos a pericias para determinar si corresponden a los que, efectivamente, fueron usados por la dictadura para arrojar al mar a detenidos.
El juez Guzmán señaló, ante una pregunta, que aún no había resuelto la fecha para interrogar a Pinochet, trámite que la defensa del ex dictador logró postergar en dos oportunidades en la causa sobre los crímenes de la "Operación Cóndor", la coordinación represiva de los regímenes militares sudamericanos durante los años setenta y parte de los ochenta.
Los buzos buscan al menos otra media docena de trozos de riel de similares características, a los que fueron atados los dirigentes comunistas arrojados al mar desde helicópteros por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional. Así consta en el proceso por el llamado caso "Calle Conferencia", el operativo que en mayo de 1976 ejecutó la DINA para detener y hacer desaparecer a diez dirigentes comunistas.