L D (EFE) En una ceremonia solemne y hermosa, el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Phil Craven, decía a los presentes en el Estadio Olímpico que deberían estar celebrando "sólo los once días de deporte paralímpico", pero que dedicaban "estos Juegos a esos niños". "La juventud de Grecia, por primera vez, ha comprendido el significado del espíritu paralímpico. Ha abrazado la tolerancia y el cambio. Y esto le da una mayor magnitud a la tragedia de esos jóvenes", ha comentado Craven.
Grecia cerraba el grupo de abanderados de los 136 países participantes que entraron al principio de la ceremonia al estadio. El resto de atletas, algo más de 3.400, avanzó hacia el centro del recinto sin distinción de nacionalidad, como símbolo de espíritu de hermandad, y se colocaron formando un sol de siete rayos. Los deportistas, que se presentaban ante las cámaras haciendo bromas y pantomimas, demostraron la alegría que les ha causado disputar estos Juegos Paralímpicos, enviando mensajes escritos a sus hogares por medio de sus teléfonos móviles.
El presidente del CPI felicitaba al pueblo griego por su hospitalidad y les invitaba a "mantener esa chispa en los ojos y en sus corazones". También hacía un llamamiento a los atletas paralímpicos a inspirar al mundo y declaró que Grecia ha conseguido demostrar en los once días de competición que lo antiguo y lo moderno van de la mano. Craven, que aprovechaba el acto para presentar el nuevo logotipo del CPI, clausuró los XII Juegos Paralímpicos con la bandera griega y china izadas en los mástiles a media asta en señal de duelo.
Gianna Angelopoulos-Daskalaki, presidenta del Comité Organizador para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Atenas 2004, entregó la bandera del CPI a la alcaldesa de Atenas, Dora Bakoyani, que a su vez se la dio a Craven para que finalmente acabara en manos del vicealcalde de Pekín, Liu Jingmin. China, por su parte, realizaba un espectáculo que finalizó con la presentación de los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, e invitaba a todos los presentes a viajar a los XIII Juegos Paralímpicos. Finalmente se extinguía la llama paralímpica y un inmenso chorro de agua reemplazó el fuego que, desde el pasado 17 de septiembre, ardía en el Estadio Olímpico de Atenas.