L D (Agencias) Según informaron fuentes jurídicas a Europa Press, Beotegui era uno de los encargados de enviar las cartas de extorsión a empresarios vascos, según reconoció él mismo ante el juez Andreu. Así, señaló que envió misivas a estos cuatro conocidos restauradores vascos en las que les pedía 12 millones de pesetas a cada uno (72.121 euros).
Las fuentes consultadas aseguraron que el juez está estudiando llamarles a declarar debido a que podrían haber incurrido en un delito de colaboración con banda terrorista y en otro de allegamiento de fondos a ETA.
Beotegui, que tiene un vínculo familiar con la mujer de Juan María Arzak, afirmó que este último acudió a verle en su nombre y en el de Subijana para gestionar una reducción del pago de los 12 millones de pesetas solicitados inicialmente. Arzak le pidió, según afirmó Beotegui, que rebajara la cantidad a 6 millones de pesetas (36.060 euros).
De esta forma, tras consultarlo con la dirección de ETA, acordaron que los 6 millones restantes se fueran pagando en los seis años siguientes, a 1 millón por año. Beotegui aseguró que tanto Subijana como Arzak le abonaron esos 6 millones de pesetas y que, sin embargo, no recibió el dinero los otros dos, por lo que desconoce si llegaron a pagar o no.
Precisamente, el juez Baltasar Garzón investiga hechos similares relacionados con otros empresarios, como los de la empresa navarra de máquinas expendedoras Azkoyen, cuyos antiguos directivos declararon ante el magistrado por haber pagado supuestamente el "impuesto revolucionario" a ETA.