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El Jefe Superior de Policía de Asturias ve "extraña" la relación de ETA con delincuentes comunes

Al contrario que los dos anteriores, el teniente coronel de la Guardia Civil, Fernando Aldea y el general Pedro Laguna, Juan Carretero, Jefe Superior de la Policía de Asturias, sostuvo que entre Guardia Civil y Policía Nacional hay “perfecta coordinación cuando coinciden dos asuntos que interfieren”. El mando policial de Asturias dijo que es “extraño” que ETA se sirva de delincuentes comunes porque en la banda “hay gente más preparada” para preparar explosivos. Sin embargo, explicó con detalle –sin percibir siquiera casualidades– el atentado de ETA en Santander con un coche robado en Avilés.

(Libertad Digital) En el turno de tarde compareció el Jefe Superior de Policía de Asturias, Juan Carretero, último que lo hará esta semana. Hizo las primeras preguntas el comisionado del PP Manuel Atencia.
 
Coordinación Guardia Civil-Policía Nacional
 
La primera contradicción entre el testimonio de Juan Carretero y los escuchados por la mañana fue la coordinación policial. Según el Jefe Superior de la Policía de Asturas, “si se encuentran armas en un registro, se comunica a la Guardia Civil. Las armas se mandan a la intervención de armas de la Guardia Civil después de peritarlo”. A la pregunta de si eso se hizo tras la operación Pipol (Toro Castro y Trashorras fueron detenidos), contestó: “no sé” si se hizo.
 
Sien embargo, Carretero afirmó que “cuando un hecho afecta a ambos cuerpos –Policía y Guardia Civil– hay perfecta coordinación, sobre todo –añadió– cuando coinciden dos asuntos que interfieren”. Atencia le preguntó si la Policía habló con alguno de los detenidos en la operación Pipol cuando entraron en prisión: “Si yo tuviera que preocuparme –respondió el mando policial– de la situación de los detenidos que entran en prisión, no podría hacer otra cosa”.
 
La siguiente cuestión que planteó Atencia fue si Antonio Toro ofreció explosivos para ETA desde la cárcel. Carretero respondió: “No he tenido conocimiento de ello en ningún momento”. También se interesó el comisionado del PP por la coincidencia de Toro Castro y Suárez Trashorras “en el mismo módulo de la cárcel de Villabona, donde hay presos etarras”. El mando policial respondió: “No creo que hubiera ninguna pretensión”. Añadió también que no consta que Toro Castro fuera confidente de la Policía. “Este señor –matiza– fue procesado más bien por estupefacientes. A lo de los explosivos no se le dio la mayor importancia aunque se reflejó en las diligencias”.
 
La normalidad de tener dinamita en Asturias
 
En opinión de Carretero, es "normal" que hubiera pequeños robos de dinamita en las minas, siempre en pequeñas cantidades. Insistió en que la Policía nunca tuvo conocimiento de que José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro traficaran con explosivos. Cuando se les encontraron unos cartuchos de dinamita en un registro practicado en la operación Pipol en 2001, se consideró "normal" que un ex minero tuviera ese material en su garaje. Según el Jefe Superior de Policía de Asturias, "la filosofía en Asturias es que la dinamita, en pequeñas cantidades, es normal", incluso recordó que alguna fiesta en la que se explotan cartuchos.
 
Coche bomba de ETA en Santander
 
Pese a que en varios momentos de su comparecencia, el Jefe Superior de Policía de Asturias prácticamente negó la posibilidad de que ETA tuviera que ver con los atentados del 11 de marzo, detalló, a preguntas de Atencia, cómo se desarrolló el atentado con coche bomba perpetrado por la banda en Santander. Explicó el policía que los etarras alquilaron un piso en la capital cántabra tras lo cual se trasladaron a Oviedo donde pernoctaron, cerca del Parque San Francisco. El 1 de diciembre se fueron en taxi hasta Avilés, lugar elegido para robar el coche que estallaría después. Cabe recordar que el coche se robó en la misma calle en la que Trashorras tenía un garaje. Con el coche viajaron de vuelta a Santander y prepararon los mecanismos. Duermen en Castrourdiales. Al día siguiente se marcharon a Vitoria desde donde llamaron para avisar de la colocación de un coche bomba.
 
Atencia le pregunta si cree que Súarez Trashorras fue el que “proporcionó entrenamiento en el manejo de detonadores y explosivos” a los autores de la masacre de Madrid. “Me parece muy difícil de creer” opinó el policía, que dudó de la destreza del minero “más allá de activar un cartucho de dinamita”.
 
El triángulo Trashorras-Toro-García
 
El comisionado del PP pidió al Jefe de la Policía de Asturias una valoración sobre la comunicación telefónica triangular entre el comisario Manuel García Rodríguez, la esposa de Trashorras, Carmen Toro, y el terrorista El Chino. Atencia quería saber por qué cada vez que Carmen Toro hablaba con El Chino, después lo hacía con el policía. Según Juan Carretero, lo primero que hay que matizar es que se usaba el teléfono de Carmen Toro pero no quién lo hacía. Es decir, según Carretero, “Trashorras podría usar el teléfono de Carmen Toro para ponerse en contacto con Manolo (Manuel García Rodríguez)”. El comisionado del PP le pregunta si, aún así, es normal esa comunicación triangular, a lo que el Jefe policial responde: “No puedo decir si me parece normal, sólo que creo en su honestidad. Eso lo tendría que explicar él”. Además, Carretero quiso dejar bien claro que, según él, “Trashorras era confidente de Manolo en estupefacientes”, y no en explosivos. Tras ello, añadió, “qué más hubiese querido él (Manuel García) que haber olido” lo que estaba pasando.
 
Era “impensable” que “unos chorizos” tuvieran contacto con terroristas
 
"Creo que ha sorprendido al mundo entero el que unos delincuentes traficantes de estupefacientes hayan podido hacer lo que han hecho", dijo en otro momento el Jefe de la Policía Nacional de Asturias.
 
La supuesta conexión entre delincuentes comunes y células terroristas, según Carretero, "ha sido un fenómeno que ha sorprendido a todo el mundo. En España no había habido atentados de tipo árabe y era impensable que unos traficantes, unos 'chorizos' como les llamamos nosotros, pudieran conectar con una organización terrorista y facilitar el explosivo".
 
Por eso, cuando Atencia le preguntó si “antes del 11-M había alguna inquietud” y si la trasladó a sus superiores, Carretero respondió que nunca pudo hacerlo porque nunca tuvo tal inquietud. "Por desgracia –concluyó–, hemos aprendido que no podemos descartar nada".

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