(Libertad Digital) Jornada repleta de revelaciones sobre los precedentes del 11 de marzo. Empezamos con un nuevo capítulo de la investigación del diario El Mundo: “Un confidente de los servicios marroquíes aviso a España de que se gestaba un 11-M”. Resulta que el imán de una mezquita del sur de Madrid alertó a la Comisaría General de Información en el año 2003 de que un grupo de radicales islámicos estaba planeando atentados tanto en España como en Marruecos.
Y en esta jornada de nuevas revelaciones sobre el 11-M, el diario El País contraprograma con una información en la que vuelve a culpar de imprevisión al ex ministro Ángel Acebes: “Interior desoyó las peticiones del CNI para buscar al jefe del grupo del 11-M”. Dice el diario de Prisa que el Ministerio del Interior “hizo caso omiso” de las “reiteradas peticiones” del Centro Nacional de Información que dirigía Jorge Dezcallar para que se ordenara la “urgente y prioritaria” localización del argelino Allekema Lamari (el séptimo suicida de Leganés). El País añade que “Interior no se tomó en serio la implicación del argelino hasta el suicidio de Leganés”.
Ese imán era considerado por la policía española como una fuente fiable. Eso sí, eran conscientes de que antes de hablar con ellos pasaba la información a los servicios secretos marroquíes. En concreto, el imán aportó datos sobre Jamal Zougam y los teléfonos de “El Tunecino” y “El Egipcio”, autores materiales de los atentados del 11 de marzo.
Por cierto que, según cuenta el periódico ABC, el teléfono móvil considerado una de las clave de la trama de los explosivos era de otro confidente de la policía, el ex minero Emilio Suárez Trashorras. La investigación le atribuye la jefatura del clan de Avilés tras identificar como suyo el 619535764. Trashorras, jubilado por esquizofrenia paranoide, tenía hasta tres móviles para eludir el rastro de sus conversaciones con los terroristas islámicos del 11-M.
Precisamente, La Razón desvela que el terrorista “El Chino” contactó con Suárez Trashorras el 11 de marzo. “Te llamo para despedirme, si no te veo aquí, te veré en el cielo”, le dijo el suicida de Leganés al confidente de la policía. Conviene recordar que Jamal Ahmidan, conocido como “El Chino”, no se suicidó en los atentados del 11-M sino que se hicieron estallar al ser acorralados por la policía en la casa de Leganés.