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Rego Vidal: “Veo a los compañeros marroquíes de la celda de al lado...”

Empieza a demostrarse que los presos etarras y los islamistas tenían buena comunicación. Además de los episodios de las cárceles de Topas, parece que en otras, como la de Mansilla de las Mulas, en León, etarras e islamistas eran compañeros de celda. Precisamente Juan José Rego Vidal, que según El Mundo podría haber sido consultado por los integristas para conseguir la dinamita con la que volar a Audiencia Nacional, detalla en una carta de denuncia quién habitaba la celda contigua a la suya.

(Libertad Digital) La cárcel de Mansilla de las Mulas, en León, engrosa ya la lista de prisiones en las que los presos de ETA y los islamistas tienen un contacto fluido. Según UGT, en esta prisión leonesa cumplen condena, entre otros, 15 etarras –entre ellos Juan José Rego Vidal y su hijo– y 2 terroristas islámicos. El número de internos de confesión islámica es muy elevado, sobre todo de marroquíes, unos 360 internos. Tanto es así, que el sindicato UGT reclamó uin intérprete.
 
Pero quizá, lo más revelador sea la localización geográfica de los etarras y los islamistas. Lo dejó bien claro el propio Juan José Rego Vidal, condenado por intentar asesinar al Rey. Rego llegó a Masilla en un programa de acercamiento a cárceles vascas. El 7 de agosto de 2003, un interno provocó un incendio en la cárcel. El etarra lo cuenta con todo detalle en una carta de denuncia que firmaron otros 33 reclusos.
 
Tras describir el incendio que se provocó de madrugada, Rego describe la situación de angustia que vivió al sentir que se asfixiaba. Relata cómo de colocó toallas húmedas en la cara y cómo, cuando ya pensaba que no salía vivo de la densa humareda comenzó a golpear “la celda de al lado, la 52”. Pensó que estaban muertos, pues no contestaban. Siempre según describe en su carta el propio Rego, cuando al final fue sacado de la celda vio que su compañero no había muerto.
 
Así lo relata: “Siento alivio al salir al pasillo. Ahora veo mi celda, que está como una nube de humo, veo a los compañeros marroquíes de la celda de al lado, la 52; uno parece estar bien, al otro le veo mal, le indico que moje una toalla y se la ponga en la cara...”.
 
Otra alusión, más clara si cabe: “El humo ha hecho efecto chimenea y ha afectado más a la segunda planta, más concretamente a mi celda, la 51, y la de los marroquíes, la 52. Esto ocurre porque el conducto de ventilación es el mismo.”

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