LD (EFE) La Junta de Accionistas, en la que estuvo representado el 44,02 por ciento del capital, también ratificó el nombramiento de Javier Botín –hijo de Emilio Botín– como consejero externo dominical, en sustitución de Jaime Botín, quien dimitió de este puesto precisamente el día del anuncio de la compra del Abbey.
Gracias a los acuerdos adoptados en la Junta, el Santander pondrá en circulación 1.511 millones de nuevas acciones, que no conllevarán derecho de suscripción preferente, ya que el grupo las utilizará para canjear sus títulos a los accionistas del Abbey y también para entregar cien títulos a cada uno de los empleados de la entidad británica "como gratificación especial".
Las nuevas acciones tienen un valor nominal de casi 756 millones de euros, pero en el mercado cotizan a más de 12.750 millones. Tras la ampliación y el canje, el 24 por ciento del capital social del grupo estará en manos de los actuales accionistas del Abbey y el 76 por ciento restante corresponderá a los antiguos accionistas del Santander.
En su intervención en la Junta, el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, pidió a los accionistas del Abbey que permanezcan en el grupo, aunque reconoció que algunos de ellos se verán obligados a vender sus títulos por razones de regulación. Sáenz aseguró que estas acciones tienen "fuertes potenciales de demanda", ya que los fondos de inversión que intentan replicar los principales índices bursátiles del mundo "deberán" incrementar su presencia en la entidad española. También recordó que el banco tiene en marcha un programa de recompra de acciones que hasta ahora prácticamente no ha utilizado.
Gracias a los acuerdos adoptados en la Junta, el Santander pondrá en circulación 1.511 millones de nuevas acciones, que no conllevarán derecho de suscripción preferente, ya que el grupo las utilizará para canjear sus títulos a los accionistas del Abbey y también para entregar cien títulos a cada uno de los empleados de la entidad británica "como gratificación especial".
Las nuevas acciones tienen un valor nominal de casi 756 millones de euros, pero en el mercado cotizan a más de 12.750 millones. Tras la ampliación y el canje, el 24 por ciento del capital social del grupo estará en manos de los actuales accionistas del Abbey y el 76 por ciento restante corresponderá a los antiguos accionistas del Santander.
En su intervención en la Junta, el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, pidió a los accionistas del Abbey que permanezcan en el grupo, aunque reconoció que algunos de ellos se verán obligados a vender sus títulos por razones de regulación. Sáenz aseguró que estas acciones tienen "fuertes potenciales de demanda", ya que los fondos de inversión que intentan replicar los principales índices bursátiles del mundo "deberán" incrementar su presencia en la entidad española. También recordó que el banco tiene en marcha un programa de recompra de acciones que hasta ahora prácticamente no ha utilizado.