L D (EFE) En este sentido, aseguró que el Estado protege la libertad de los ciudadanos y, por tanto, también su libertad religiosa, por lo que "un Estado no beligerante no puede imponer ni excluir una determinada confesión en contra de otra, ni tampoco ignorarlas a todas en favor de una pretendida profesión de laicismo, algo que dice el artículo 16 de la actual Constitución española".
Asimismo, Sebastián, quien es vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, se refirió a la Transición española, momento en el que "muchos pensábamos que con la nueva situación social de la Iglesia iría desapareciendo el anticlericalismo y las diferencias de sensibilidad religiosa dejarían de ser un problema en la nueva sociedad democrática".
Sin embargo, "parece que no es así", apuntó Sebastián, quien añadió que "un movimiento de reacción contra la antigua situación de confesionalidad estatal, en la que no se reconocía plenamente el derecho a la libertad religiosa, sigue dando argumentos a personas e instituciones para considerar a la Iglesia y a los católicos como un peligro para una sociedad verdaderamente democrática". Señaló, asimismo, que "lo que algunos consideramos tratamiento justo de la vida religiosa de los ciudadanos en el marco de la sociedad civil, otros los consideran como confesionalismo remanente".
"Para remediarlo propugnan la laicización del Estado y pretenden configurar una sociedad laica, sin ninguna referencia religiosa ni moral, sin otra norma objetiva que el pleno reconocimiento de una omnímoda y quimérica libertad que termina siendo un auténtico nihilismo moral", añadió el arzobispo de Pamplona.
Por otra parte, Sebastián aludió a la acusación "que con frecuencia tenemos que oír los católicos acerca de que no estamos acomodados a la vida democrática", y aseveró que "sin exageración podemos afirmar que los principios que rigen la vida democrática han nacido del cristianismo".
En este sentido, enumeró algunos de los valores "que nacen históricamente de la experiencia cristiana y de los valores morales del cristianismo", entre los que se encuentran la igualdad y los derechos de las personas, la soberanía de los pueblos, el concepto de autoridad como servicio al bien común y la igualdad de todos ante la ley.
Asimismo, Sebastián, quien es vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, se refirió a la Transición española, momento en el que "muchos pensábamos que con la nueva situación social de la Iglesia iría desapareciendo el anticlericalismo y las diferencias de sensibilidad religiosa dejarían de ser un problema en la nueva sociedad democrática".
Sin embargo, "parece que no es así", apuntó Sebastián, quien añadió que "un movimiento de reacción contra la antigua situación de confesionalidad estatal, en la que no se reconocía plenamente el derecho a la libertad religiosa, sigue dando argumentos a personas e instituciones para considerar a la Iglesia y a los católicos como un peligro para una sociedad verdaderamente democrática". Señaló, asimismo, que "lo que algunos consideramos tratamiento justo de la vida religiosa de los ciudadanos en el marco de la sociedad civil, otros los consideran como confesionalismo remanente".
"Para remediarlo propugnan la laicización del Estado y pretenden configurar una sociedad laica, sin ninguna referencia religiosa ni moral, sin otra norma objetiva que el pleno reconocimiento de una omnímoda y quimérica libertad que termina siendo un auténtico nihilismo moral", añadió el arzobispo de Pamplona.
Por otra parte, Sebastián aludió a la acusación "que con frecuencia tenemos que oír los católicos acerca de que no estamos acomodados a la vida democrática", y aseveró que "sin exageración podemos afirmar que los principios que rigen la vida democrática han nacido del cristianismo".
En este sentido, enumeró algunos de los valores "que nacen históricamente de la experiencia cristiana y de los valores morales del cristianismo", entre los que se encuentran la igualdad y los derechos de las personas, la soberanía de los pueblos, el concepto de autoridad como servicio al bien común y la igualdad de todos ante la ley.