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Corea del Norte descarta poner fin a sus programas de armamento nuclear militar

Funcionarios del Corea del Norte han descartado en una reunión de alto nivel en Japón que su régimen no ordenará el cese de los programas militares nucleares antes de que termine el presente año. De esa manera, la dictadura comunista de Pyongyang ha descartado también que exista alguna posibilidad de una representación suya pueda regresar a la mesa de negociaciones multilaterales. EEUU cree que los norcoreanos tienen capacidad para fabricar armamento de destrucción masiva.

LD (EFE) El viceministro norcoreano, Kim Kye Gwan, ha descartado al Gobierno japonés la posibilidad de que una delegación de Pyongyang reanude este año las negociaciones multilaterales sobre el abandono de sus programas de armamento nuclear. De hecho, declaró que el desarrollo de armamento de destrucción masiva no se detendrá.
 
Según la agencia oficial de noticias japonesa Kyodo, Kim Kye Gwan afirmó en Pyongyang a una delegación nipona que Corea del Norte busca una solución pacífica pero la situación actual no es la más adecuada para retomar el diálogo multilateral. Esa información, fue facilitada en Tokio por el viceministro japonés de Exteriores, Shuzen Tanigawa, y el portavoz del Gobierno, Hiroyuki Hosoda, en dos ruedas de prensa separadas.
 
El máximo responsable de la delegación japonesa, Mitoji Yabunaka, director general de la Oficina para Asuntos de Asia y Oceanía, fue quien se entrevistó en la capital norcoreana con Kim Kye Gwan y quien preguntó si había posibilidades este año de que Corea del Norte acudiera a una nueva cumbre multipartita.
 
La cuarta ronda de estas negociaciones estaba prevista para finales del pasado septiembre, pero tuvo que ser aplazada por la negativa de Corea del Norte a participar debido a la "política hostil" estadounidense y después de que Seúl reconociera haber realizado experimentos nucleares no autorizados en 1982 y 2000. En las cumbres participan, además de las dos Coreas y EEUU, Japón, China y Rusia.
 
La visita de la delegación japonesa a Pyongyang se enmarca dentro de las conversaciones entre ambos países para averiguar el paradero de los japoneses que fueron secuestrados por los servicios secretos norcoreanos a fines de los años setenta y principios de los ochenta. El régimen norcoreano reconoció en 2002 que durante años había secuestrado ciudadanos de este país para educar a sus espías en el idioma y la cultura japonesas.

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