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El entierro de Arafat en la Mukata estuvo presidido por el caos y la histeria colectiva

Agentes de la Policía palestina trataron de contener a los miles de palestinos que llegaron a romper el cerco de seguridad y entrar en la Mukata de Ramala, donde ha sido enterrado Yaser Arafat. El helicóptero militar con los restos del rais ha aterrizado en la sede de la ANP. Israel, entre tanto, protestó por la omisión que el Gobierno español hizo a la relación del rais con el terrorismo en su comunicado oficial.

Agentes de la Policía palestina trataron de contener a los miles de palestinos que llegaron a romper el cerco de seguridad y entrar en la Mukata de Ramala, donde ha sido enterrado Yaser Arafat. El helicóptero militar con los restos del rais ha aterrizado en la sede de la ANP. Israel, entre tanto, protestó por la omisión que el Gobierno español hizo a la relación del rais con el terrorismo en su comunicado oficial.
LD (EFE) Los restos del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, llegaron en un helicóptero militar a la Mukata de Ramala, después de que un avión Hércules C-130 del Ejército egipcio trasladara el cuerpo desde la base aérea de Al Maza, en El Cairo, tras los funerales de Estado, que estuvieron presididos por el nuevo líder de la OLP, Abú Mazen, y el nuevo presidente interino, Rawi Fatuh. El avión se posó en la ciudad egipcia de Al-Arish, en la frontera con Israel.
 
En seguida un helicóptero trasladaró el cuerpo hasta la Mukata, donde aguardaban miles de palestinos, que horas antes lograron romper el cerco de seguridad y entrar en la sede de la ANP. Una multitud se abalanzó sobre el aparato, mientras varios agentes realizaban disparos al aire para tratar de contenerlos. Después de casi media hora, los policías han logrado sacar el féretro, provocando la histeria colectiva. Los servicios de emergencia han empezado a atender decenas de heridos.
 
Formando una cadena humana, los agentes empujaban poco a poco y con mucho trabajo a las miles de personas para apartarlos, por lo menos, de la parte oriental del recinto. El ataúd fue colocado encima de un vehículo, que pudo avanzar sólo unos metros. Los restos fueron literalmente "secuestrados" de manos de los agentes de seguridad que lo custodiaban y llevados hasta su lugar de reposo. La ceremonia tuvo que acelerarse, y se procedió de inmediato a enterrar el cadáver del rais. Los altavoces anunciaron la inhumación y la multitud comenzó a rezar, acompañada por los dirigentes palestinos. Las calles colindantes aún permanecen repletas de gente que canta alabanzas y lemas.
 
En la Explanada de las Mezquitas, en la ciudad vieja de Jerusalén, unos 15.000 palestinos mayores de 45 años participaron en los tradicionales rezos del último viernes de Ramadán, que estuvieron dedicados a la memoria de Arafat. Cientos de jóvenes permanecían en los alrededores y trataban de entrar por la fuerza. Muchos de ellos tiraron piedras a los agentes israelíes y se lanzaron en avalancha sobre varios accesos, en particular sobre la puerta de Damasco.
 
Un portavoz policial israelí confirmó que los feligreses no pudieron romper el anillo de seguridad alrededor de la ciudadela y fueron repelidos con granadas de estruendo y por agentes a caballo. Pasado el mediodía, los feligreses y manifestantes se dispersaron de forma organizada y sin que se informara de disturbios. La Policía israelí permanece en estado de máxima.
 
Funerales de Estado en El Cairo
 
El nuevo líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Abú Mazen, y el presidente del Parlamento palestino y nuevo presidente interino, Rawi Fatuh, recibieron las condolencias por la muerte de Arafat. Junto a ellos, recibió el pésame de los representantes mundiales el nuevo líder de Al Fatah, Faruk Kadumi.
 
Los presidentes, primeros ministros y representantes diplomáticos extendieron su mano a los líderes palestinos en el Siwan levantado en la base aérea Al Maza, una especie de carpa que se coloca en los funerales árabes para recibir las condolencias. Destacó la presencia del príncipe heredero de Arabia Saudí, Abdulá ben Abdulaziz, ya que su régimen no mantenía buenas relaciones con el Arafat.
 
El funeral militar de Estado comenzó con una oración y un rezo musulmán en el interior de la mezquita Al Galaa, que forma parte del complejo militar de la base aérea de Al Maza. Tras una breve ceremonia religiosa, el féretro con los restos de Arafat fue sacado del templo, subido a una cureña tirada por seis caballos negros y acompañado por la guardia ceremonial del Ejército egipcio.

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