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Calvo suspende una exposición porque fue firmada por Pilar del Castillo “el día que se iba”

Carmen Calvo ha aplazado indefinidamente una exposición dedicada al diseñador de zapatos Manolo Blahnik porque fue firmada por la anterior ministra de Cultura, Pilar del Castillo, "el día que se iba", señaló la titular de este departamento. Pesa a deshacerse en halagos al diseñador canario, Calvo no está dispuesta a  "heredar proyectos alevosos con una imposición absoluta del día que te vas”.

Carmen Calvo ha aplazado indefinidamente una exposición dedicada al diseñador de zapatos Manolo Blahnik porque fue firmada por la anterior ministra de Cultura, Pilar del Castillo, "el día que se iba", señaló la titular de este departamento. Pesa a deshacerse en halagos al diseñador canario, Calvo no está dispuesta a  "heredar proyectos alevosos con una imposición absoluta del día que te vas”.

(Libertad Digital) Carmen Calvo ha protagonizado uno de los traspasos de poder más polémicos del nuevo Gobierno. Desde que Zapatero la puso al frente de Cultura y tras destituir a Eduardo Serra como presidente del Museo del Prado, ha provocado la dimisión del director del museo Arqueológico Miguel Angel Elvira, de la gerente del Teatro Real Inés Argüelles, y del director del Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, después de mantener diferentes enfrentamientos con todos ellos a base de declaraciones en los medios de comunicación. El también ya ex presidente de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Luis Miguel Enciso, acusó a la ministra de llevar a cabo un “descabezamiento” de responsables culturales por ideología.

Esta vez el buen talante de la ministra lo ha sufrido el diseñador de zapatos. "Yo no le haría eso a nadie, no dejaría firmado un proyecto sobre todo el día que sé que me voy a ir y que se va mi partido", afirmó en declaraciones a Efe la ministra, quien criticó el hecho de que Del Castillo adquiriese un compromiso sabiendo que ella no lo podía cumplir. A pesar de declarar su particular admiración por el diseñador canario, del que dijo que no tiene zapatos "demasiado caros para una mujer que ha vivido de su sueldo de profesora de universidad, de la política y punto", Calvo dijo que no se puede "firmar una cosa tan aleatoria".

Insistió en su gusto por los zapatos como objeto de diseño, "desde que nací", y en particular por los de Blahnik, reconocido mundialmente y medalla de oro de Bellas Artes, "que se merece que su país en un determinado momento le haga un homenaje a través de una exposición, lo que estamos dispuestos a hacer a lo largo de esta legislatura reflotando ese proyecto que nos encontramos firmado". Carmen Calvo afirmó de manera rotunda que "lo que no quiero es heredar proyectos alevosos con una imposición absoluta del día que te vas. Y no cuento más porque está el nombre del señor Blahnik de por medio".

Respecto al diseñador Cristóbal Balenciaga, manifestó que se ha comprometido con el mundo de la moda para "hacer una buena historia de la moda de este país, bien hecha, seriamente hecha. Empezar a recuperar toda esa genialogía de los grandes de la moda y empezar a poner orden en el siglo XX de este país". Esa es una de las obligaciones del Museo del Traje, institución que también ha heredado "y que está llena de programas y contenido, que va a existir y que vamos a repotenciar porque creemos que, en el fondo, es una idea que está bien. A nosotros nos interesa mucho todo el asunto relativo a la moda en términos históricos".

El Prado, la historia y el presente

Para Carmen Calvo, todo lo que se refiera a Balenciaga "son palabras mayores para el Ministerio de Cultura. Es ya historia y no es lo mismo en cultura la historia o el presente". En esa frontera entre historia y presente se sitúa también la posible entrada en el Museo del Prado de una mirada más contemporánea "que no significa que Barceló vaya a entrar al lado de Velázquez", según la ministra, que sí tiene claro que la pinacoteca "no se puede quedar parada en el tiempo".

Recordó que en el plan plurianual aprobado hace unos días por el Patronato del Prado, entre cuyos miembros se encuentra Luis Alberto de Cuenca, "al que acabo de nombrar personalmente patrono", todos los patronos "por unanimidad" acordaron que, aunque la frontera para delimitar los fondos estatales depositados en el Prado y en el Reina Sofía se fija la fecha de nacimiento de Picasso (1881), "queremos repotenciar las relaciones entre ambos, de tal manera que esa separación cronológica no sea una barrera de cooperación".

Es "una tontería" pensar que cuando el Prado cuente con sus nuevas instalaciones tras la ampliación "se vayan a hacer allí exposiciones de arte contemporáneo en el estricto sentido de la palabra. Pero ponernos una barrera donde el Prado se tenga que quedar parado en el tiempo tampoco tiene mucho sentido", dijo la ministra, que rechazó "rigideces" y anunció que se harán las cosas "que convengan para que el museo no se quede congelado en el tiempo". Las iniciativas para ello serán las que presente en su momento el director del Prado, Miguel Zugaza, y que, aunque no van a tener que ver con personas concretas, "Barceló es uno de los grandes artistas de este país, tan grande que ha estado en el Louvre, aunque el Prado, naturalmente, es mejor museo que el Louvre".

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