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"El País" criticó la "prudencia y cautela" de Aznar al no "calificar el derrocamiento de Chávez"

Sábado 13 de abril de 2002. El diario "El País" se hace eco de las reacciones que ha suscitado en España el golpe de Estado de Venezuela. Bajo el título "España evita calificar el derrocamiento de Hugo Chávez y pide una rápida vuelta a la 'normalidad democrática'", el periódico de Prisa constató en sus páginas la "prudencia y la cautela" que "esgrimió" el Gobierno de Aznar tras conocer la noticia de la caída del mandatario venezolano. En contraposición, "El País" también recogió el apoyo de Felipe González al golpe de Estado.

(Libertad Digital) Según el periodista que firma la noticia, Peru Egurbide, "el Gobierno español esgrimió ayer (por el 12 de abril de 2002) 'prudencia y cautela' a fin de evitar pronunciarse sobre las consecuencias para la legitimidad institucional del derrocamiento del presidente venezolano, Hugo Chávez". El diario añade que "el ministro portavoz, Pío Cabanillas, se limitó a constatar, ayer al mediodía, que 'los acontecimientos' eran demasiado recientes, y a considerar 'fundamental que la situación excepcional que ahora se vive dé paso a la normalización democrática'".
 
En aquella época, al Gobierno español le correspondía la Presidencia de turno de la UE y, como tal, también hizo una declaración pública recogida en la misma noticia de El País: "Con la misma orientación, pero esta vez en calidad de presidencia de turno de la Unión Europea, el Ejecutivo hizo, además, un llamamiento a que 'el Gobierno de transición respete los valores e instituciones democráticas', tras reiterar su 'repulsa por la pérdida de vidas humanas' y su 'solidaridad' con el pueblo de Venezuela".

El periodista de El Páis incluso hace una interpretación del porqué de esta tibia reacción del Ejecutivo del PP ante la caída del ex golpista: "La 'prudencia y cautela' de esta reacción puede explicarse por el desarrollo de unas relaciones que, pese a la excentricidad del polémico Chávez, ha estado lejos de ser negativo. Como trasfondo destaca la importancia de los intereses económicos españoles y el deseo del Gobierno de José María Aznar de obtener la extradición de los etarras residentes en Venezuela. El presidente abordó el pasado 21 de marzo este último tema con Chávez en al menos dos encuentros mantenidos en Monterrey y la fiscalía venezolana ordenó el 5 de abril la detención de seis presuntos terroristas. Además, el dirigente derrocado dejó solo a Fidel Castro, con el que mantenía relaciones estrechas, cuando suscribió la condena del terrorismo de ETA propuesta por España en la cumbre Iberoamericana de Panamá, en 2001".

El diario de Prisa incluso da nombres de los supuestos intereses económicos que estaba defediendo el PP con su prudencia a la hora de valorar el golpe de Estado: "En el terreno económico, la balanza comercial hispano-venezolana se ha duplicado durante los tres años escasos de Gobierno de Chávez, que hizo tres viajes oficiales a España y recibió en julio de 1999 a Aznar en Caracas. Los principales inversores españoles en Venezuela son Telefónica, BSCH y BBVA, que financió la campaña electoral de Chávez con 150 millones de dólares, según resulta de la investigación de las cuentas secretas".
 
En la misma noticia y en sentido totalmente contrario, El País destaca las palabras de uno de los políticos que más claro defendió la legitimidad del derrocamiento de Chávez: "El ex presidente del Gobierno Felipe González calificó ayer, en cambio, a Chávez de 'golpista' que 'liquidaba las libertades' y 'estaba montando un autogolpe al estilo Fujimori'. 'No sólo se es un autoritario cuando se llega al poder con las botas, sino cuando se tienen mayorías pero no se respetan las reglas del juego', añadió".
 
Editorial contra Aznar por apoyar a Chávez
 
No pareció gustarle mucho la actuación de Aznar al editorialista de El País que, el mismo día 13 de abril de 2002, escribió: "Chávez ha jugado con fuego dentro y fuera. La sombra de EE UU -que importa de Venezuela un 13% del crudo que consume y que ayer le acusó de buscar su propio final- se puede presentir detrás de lo ocurrido. Chávez no parecía haberse percatado de cómo ha cambiado el mundo tras el 11-S: evitó condenar los atentados de Nueva York y el Pentágono, viajó a Bagdad para expresar su apoyo de Sadam Hussein, apoyó la guerrilla colombiana de las FARC, estrechó sus relaciones con Castro y acogió a Montesinos, la mano negra de Fujimori. Retrospectivamente, no es la mejor muestra de acierto que Aznar, al recibirle en Madrid en 1999, subrayara su 'profunda confianza' en Chávez. Tiene ahora, como presidente del Consejo Europeo, una ocasión para que la UE contribuya a la instauración en Venezuela de un régimen democrático normal y estable".

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