(Libertad Digital) El presidente explicó que el Gobierno pretende abrir ya el debate sobre la reforma tributaria y recabar opiniones para conformar la propuesta definitiva que se enviará al Parlamento. Por su parte, el líder de la oposición criticó que se haya anunciado, desmentido y dejado en estudio, primero el aumento de la tributación de las plusvalías, después la supresión de las desgravaciones por adquisición de vivienda y ahora por aportaciones a planes de pensiones y "siempre con la demagogia de los ricos".
El parlamentario del PP dijo que la eliminación de las deducciones por aportaciones a fondos de pensiones perjudicaría a siete millones de españoles, y lamentó que, por medio de anuncios, se genere incertidumbre y desconfianza, al tiempo que fomentan los movimientos especulativos a corto plazo y lo que el PSOE denomina "la cultura del ladrillo".
A pesar de que este miércoles hemos conocido que el crecimiento del PIB español se estancó durante el tercer trimestre del año en el 2,6 por ciento (dos décimas por debajo de la previsión del Gobierno) y de que su secretario de Estado de Economía ha reconocido que revisará las previsiones económicas a final de año, Rodríguez Zapatero subrayó que los indicadores económicos disponibles son positivos, tanto en términos de crecimiento, como de evolución del empleo, inversión en equipo o confianza de los agentes.
Zapatero reiteró que la propuesta de reforma tributaria definitiva no se conocerá hasta el segundo año de la legislatura, pero reseñó que la prioridad será, en cualquier caso, conseguir una fiscalidad más sencilla, más justa en el reparto de la carga y que favorezca la inversión productiva. Se hará, prosiguió, tras un debate social amplio, como se han hecho las reformas fiscales anteriores, y habrá libertad de opinión para contribuir a la propuesta final, concluyó.
El parlamentario del PP dijo que la eliminación de las deducciones por aportaciones a fondos de pensiones perjudicaría a siete millones de españoles, y lamentó que, por medio de anuncios, se genere incertidumbre y desconfianza, al tiempo que fomentan los movimientos especulativos a corto plazo y lo que el PSOE denomina "la cultura del ladrillo".
A pesar de que este miércoles hemos conocido que el crecimiento del PIB español se estancó durante el tercer trimestre del año en el 2,6 por ciento (dos décimas por debajo de la previsión del Gobierno) y de que su secretario de Estado de Economía ha reconocido que revisará las previsiones económicas a final de año, Rodríguez Zapatero subrayó que los indicadores económicos disponibles son positivos, tanto en términos de crecimiento, como de evolución del empleo, inversión en equipo o confianza de los agentes.
Zapatero reiteró que la propuesta de reforma tributaria definitiva no se conocerá hasta el segundo año de la legislatura, pero reseñó que la prioridad será, en cualquier caso, conseguir una fiscalidad más sencilla, más justa en el reparto de la carga y que favorezca la inversión productiva. Se hará, prosiguió, tras un debate social amplio, como se han hecho las reformas fiscales anteriores, y habrá libertad de opinión para contribuir a la propuesta final, concluyó.