(Libertad Digital) El escrito: Aznar o la insoportable gravedad de la mentira, lo firman Rosa Míriam Elizalde y Luis Báez, autores de la hagiografía Chávez nuestro (publicada recientemente en la Isla); en él se dice, por ejemplo, que dudar de la intervención de Aznar en la intentona de abril de 2002 “sería como poner en tela de juicio que el ex inquilino de La Moncloa ha sido y será hasta la eternidad un amigo carnal del Presidente norteamericano”.
Elizalde y Báez escriben que, hace un año, el entonces vicepresidente de Venezuela, Diosdado Cabello, les comentó lo que sigue: “La Embajada española estuvo metida de lleno en el golpe. Los primeros visitantes que recibió (Pedro) Carmona en su despacho de Presidente interino por 46 horas fueron (Charles) Shapiro y (Manuel) Viturro (los embajadores de EEUU y España, respectivamente). ¿De qué manera estuvo España involucrada? Total y activamente, y fue algo que no obedeció solo a las acciones de un embajador. Era una directiva. España se convirtió durante mucho tiempo, sobre todo con Aznar, en un ejecutor de lo que dijera Estados Unidos".
También entrevistaron, durante la composición de su hagiografía, a José Vicente Rangel, ex ministro de Defensa y actual vicepresidente chavista. Los hagiógrafos le preguntaron “qué otra embajada”, “además de la norteamericana”, estuvo implicada en la intentona. Y Rangel respondió: “La embajada de España. Hasta le habían hecho en Madrid la banda presidencial a Carmona, una con cierres mágicos que se ajustaba a cualquiera. El gobierno de Aznar estuvo totalmente comprometido desde el primer momento, junto al de Bush, por supuesto. Los embajadores de los dos países estuvieron activos en todo, y directamente implicados. No hay la menor duda. Participaron de toda la gestión golpista y estimularon a factores internos venezolanos".
Los periodistas castristas reproducen, además, una nota a pie de página de su hagiografía: “Carmona encargó personalmente a una sastrería de efectos militares en Madrid la banda presidencial. Fue encontrada entre los objetos abandonados por el golpista y figura entre las pruebas a su cargo. Manuel Viturro de la Torre, quien formó parte de los comandos ejemplarizantes del grupo policial franquista Defensa Universitaria, era el embajador de España en Caracas y fue a Miraflores a entrevistarse con Carmona el 13 de abril, junto con Charles Shapiro, el jefe de la embajada norteamericana y quien fuera el agregado militar en Chile, durante el golpe de Estado a Salvador Allende”. Y luego añaden: “Es decir, el delegado de Aznar escoltaba nada menos que a todo un experto en sangrientas asonadas golpistas”.