(Libertad Digital) Seis minutos y unos pocos segundos duró el Estudiantes sobre el parqué de Vistalegre, la pista que ambos comparten y que correspondía como local a los madridistas. Diez puntos de carrerilla a cargo de Iker Iturbe forzaron el tiempo muerto de Maljkovic con 7-12 en el tanteador. El Madrid defendía bien, trabajaba en el rebote y, en general, cumplía en ataque, con buena selección de tiro, pero con poco acierto. La llamada de atención del serbio en la banda puso en tensión al Madrid. Un parcial de 17-4 hasta el final del primer cuarto (24-16) abrió lo que iba a ser un duro castigo para la formación estudiantil.
El Madrid levantó un fortín delante de su aro, se hizo dueño del rebote y comenzó a atinar desde la línea de triples. El Estudiantes abandonó la pista al final del segundo cuarto con 59 puntos sobre la espalda (59-33). El partido podía darse, prácticamente, por terminado. Algo parecido debieron pensar unos y otros porque el tercer cuarto descendió bruscamente en el apartado anotador. Tensión en la cancha no faltaba, ganas tampoco, pero el Madrid tenía el trabajo virtualmente acabado y los colegiales habían acusado los golpes recibidos. La bajada de ritmo por parte madridista resultaba comprensible, con el marcador fuera de peligro y el Barcelona a la vuelta de la esquina.
La estudiantil no porque, aunque era casi imposible la victoria, las diferencias de puntos en una competición como la Euroliga siempre importan, tanto que, a veces, marcan la diferencia entre disputar la segunda fase o quedarse a verla por televisión. Los estudiantiles subieron su punto número 59 al luminoso a poco más de dos minutos para la conclusión. Es decir, que no igualaron el registro blanco de los dos primeros cuartos hasta poco antes de la bocina. La brecha ya era imposible, pero esos puntos pueden pesar como una losa en el futuro europeo del subcampéon ACB.
BARCELONA 73 - ASVEL VILLEURBANNE 59
Con poco lucimiento y por momentos sufriendo demasiado el Barcelona consiguió su cuarta victoria en seis partidos a costa del Adecco Asvel Villeurbanne (73-59), en un partido en el que Dejan Bodiroga volvió a dejar la impronta de su clase. El serbio fue determinante. Aguantó cuando los franceses, que son últimos del grupo, pusieron las cosas difíciles a los barcelonistas y sentó cátedra en todo momento. Al final, Bodiroga sumó 22 puntos, capturó 10 rebotes, consiguió 2 robos, forzó 3 faltas personales y dio tres asistencias, un recital de baloncesto que agradecieron los espectadores.
El partido se mantuvo equilibrado en los tres primeros cuartos. El Barcelona sin continuidad en su juego, se apoyó en Bodiroga. Los franceses fueron más tenaces en la pintura, capturaron más rebotes y tuvieron al turco Besok (19 puntos) a su mejor hombre. La escasa presencia en pista de Roberto Dueñas (5 minutos) y la inexperiencia de Marc Gasol facilitó la tarea al Asvel, que sin mucho brillo dominó la situación en los primeros minutos (16-17).
Desaparecido Navarro (anotó 9 de sus quince puntos en el cuarto final), Fucka permitió al Barcelona dar un estirón que parecía definitivo (34-28), pero los de Montes volvieron a caer en los mismos errores: falta de tensión defensiva y desacierto en los tiros, y el Asvel volvió a entrar nuevamente en el partido (44-45 a 2 minutos del término del tercer cuarto). En los últimos diez minutos, el Barcelona, que después de dos derrotas consecutivas en la competición (Zalguiris y Montepaschi) no podía permitirse más tropezones, puso las cosas en su sitio y desarboló al rival con un baloncesto rápido que no admitió respuesta.
El Madrid levantó un fortín delante de su aro, se hizo dueño del rebote y comenzó a atinar desde la línea de triples. El Estudiantes abandonó la pista al final del segundo cuarto con 59 puntos sobre la espalda (59-33). El partido podía darse, prácticamente, por terminado. Algo parecido debieron pensar unos y otros porque el tercer cuarto descendió bruscamente en el apartado anotador. Tensión en la cancha no faltaba, ganas tampoco, pero el Madrid tenía el trabajo virtualmente acabado y los colegiales habían acusado los golpes recibidos. La bajada de ritmo por parte madridista resultaba comprensible, con el marcador fuera de peligro y el Barcelona a la vuelta de la esquina.
La estudiantil no porque, aunque era casi imposible la victoria, las diferencias de puntos en una competición como la Euroliga siempre importan, tanto que, a veces, marcan la diferencia entre disputar la segunda fase o quedarse a verla por televisión. Los estudiantiles subieron su punto número 59 al luminoso a poco más de dos minutos para la conclusión. Es decir, que no igualaron el registro blanco de los dos primeros cuartos hasta poco antes de la bocina. La brecha ya era imposible, pero esos puntos pueden pesar como una losa en el futuro europeo del subcampéon ACB.
BARCELONA 73 - ASVEL VILLEURBANNE 59
Con poco lucimiento y por momentos sufriendo demasiado el Barcelona consiguió su cuarta victoria en seis partidos a costa del Adecco Asvel Villeurbanne (73-59), en un partido en el que Dejan Bodiroga volvió a dejar la impronta de su clase. El serbio fue determinante. Aguantó cuando los franceses, que son últimos del grupo, pusieron las cosas difíciles a los barcelonistas y sentó cátedra en todo momento. Al final, Bodiroga sumó 22 puntos, capturó 10 rebotes, consiguió 2 robos, forzó 3 faltas personales y dio tres asistencias, un recital de baloncesto que agradecieron los espectadores.
El partido se mantuvo equilibrado en los tres primeros cuartos. El Barcelona sin continuidad en su juego, se apoyó en Bodiroga. Los franceses fueron más tenaces en la pintura, capturaron más rebotes y tuvieron al turco Besok (19 puntos) a su mejor hombre. La escasa presencia en pista de Roberto Dueñas (5 minutos) y la inexperiencia de Marc Gasol facilitó la tarea al Asvel, que sin mucho brillo dominó la situación en los primeros minutos (16-17).
Desaparecido Navarro (anotó 9 de sus quince puntos en el cuarto final), Fucka permitió al Barcelona dar un estirón que parecía definitivo (34-28), pero los de Montes volvieron a caer en los mismos errores: falta de tensión defensiva y desacierto en los tiros, y el Asvel volvió a entrar nuevamente en el partido (44-45 a 2 minutos del término del tercer cuarto). En los últimos diez minutos, el Barcelona, que después de dos derrotas consecutivas en la competición (Zalguiris y Montepaschi) no podía permitirse más tropezones, puso las cosas en su sitio y desarboló al rival con un baloncesto rápido que no admitió respuesta.