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Borrell afirma que la Constitución europea tiene "demasiadas imperfecciones"

El presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, ha afirmado este viernes que la Constitución Europea tiene “demasiadas imperfecciones”, “partes enteras” escritas por “especialistas” que “solamente pueden digerir los especialistas”, de ahí que sea un texto que "desde luego no se puede leer en los colegios". Asimismo, ha dicho que no está claro que vayan a ratificarla países como el Reino Unido, Francia, la “Polonia profunda”, Dinamarca o Irlanda.

El presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, ha afirmado este viernes que la Constitución Europea tiene “demasiadas imperfecciones”, “partes enteras” escritas por “especialistas” que “solamente pueden digerir los especialistas”, de ahí que sea un texto que "desde luego no se puede leer en los colegios". Asimismo, ha dicho que no está claro que vayan a ratificarla países como el Reino Unido, Francia, la “Polonia profunda”, Dinamarca o Irlanda.
L D (Europa Press) Borrell impartió este viernes una conferencia en Madrid bajo los auspicios del Foro Nueva Economía y la edición europea de The Wall Street Journal. "(La Constitución europea) tiene todavía demasiadas imperfecciones que no resistirán tanto tiempo antes de corregirse, y desde luego no se puede leer en los colegios", afirmó.
 
"Hay partes enteras de ese texto que son obra de especialistas que solamente pueden digerir los especialistas", añadió. Y, contra lo que declaró en su momento el presidente de la convención que la redactó, Valery Giscard d'Estaing, aseguró que “no va a durar 50 años”. “Desde ese punto de vista, no hemos conseguido el objetivo”, remachó.
 
Según el presidente de la Eurocámara, hubiera sido mejor que la Parte Tercera –la que hace referencia a la aplicación de las políticas de la UE y a los mecanismos de decisión– se hubiera presentado “al margen del texto constitucional”, o que se le hubiera dotado de menos peso jurídico. "Probablemente la Primera, la Segunda y la Cuarta resistirían mejor el paso del tiempo", agregó.
 
A su juicio, “no es seguro” que países como Polonia, Reino Unido, Francia, “quizá también Dinamarca o Irlanda” y la “Polonia profunda” ratifiquen el tratado constitucional. En este último, dijo, podrían desempeñar un papel fundamental la “raíz nacionalista vinculada profundamente a los valores religiosos” y el “sentimiento un tanto de revancha hacia una Europa que la abandonó durante tanto tiempo y que luego le cambió las reglas de juego de Niza”.
 
No obstante, Borrell ensalzó el “valor simbólico del texto”: "La propia existencia de un tratado que llamamos constitucional implica el reconocimiento de la existencia, virtual al menos, de un pueblo europeo; digo virtual porque, ciertamente, desde Laponia hasta Tenerife, desde Escocia hasta Chipre, es difícil creer que tengamos un demos europeo suficientemente consolidado".

"Se trata de hacer emerger una identidad que sirva de base a una democracia supranacional, y no puede haber democracia sin demos –prosiguió–. Esa identidad común sólo se puede basar en valores, porque nuestra historia es demasiado diferente".

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