LD (EFE) El euro se cambiaba en los últimos coletazos de la jornada bursátil a 1,3638 dólares, frente a los 1,3556 dólares de esta mañana en el mercado divisas de Fráncfort. Este nuevo máximo se ha producido poco después del tercer récord de la jornada, cuando el euro alcanzó una cotización de 1,360 dólares.
La sesión, en la que la volatilidad en el mercado de divisas se vio favorecida por la escasa actividad debido a las festividades navideñas, se presentaba intensa desde primeras horas de la mañana, cuando la moneda europea obtenía el primer récord histórico del día: 1,3556 dólares. Poco después de marcar el primer récord de la jornada, la moneda única costaba, hacia las 07.50 horas GMT, 1,3538 dólares.
La moneda única superó el 23 de diciembre, por primera vez desde su introducción en los mercados a principios de 1999, la barrera de los 1,35 dólares. En lo que va de año, el euro se ha revalorizado un 7,5 por ciento, si se considera el cambio oficial establecido por el Banco Central Europeo (BCE). El banco europeo fijó el pasado viernes el valor del euro en 1,3542 dólares.
La moneda única superó el 23 de diciembre, por primera vez desde su introducción en los mercados a principios de 1999, la barrera de los 1,35 dólares. En lo que va de año, el euro se ha revalorizado un 7,5 por ciento, si se considera el cambio oficial establecido por el Banco Central Europeo (BCE). El banco europeo fijó el pasado viernes el valor del euro en 1,3542 dólares.
La divisa europea recuperaba su carrera alcista el jueves, tras la publicación de la subida del volumen de pedidos de bienes duraderos en noviembre, que se situó por debajo de las expectativas de los analistas. Aún así, los pedidos de bienes duraderos a las fábricas de EEUU aumentaron en un 1,6 por ciento en noviembre, el mayor incremento desde julio.
Los inversores están convencidos de que las autoridades monetarias europeas y estadounidenses no van a intervenir por el momento en los mercados para frenar el desplome del dólar y ello beneficia a la moneda única, según los analistas. Algunos expertos apuntaron también a grandes compras de euros por parte de importadores japoneses que habrían contribuido a impulsar a la divisa comunitaria.
La economía de EEUU necesita para financiar su déficit por cuenta corriente un dólar débil, que abarate sus exportaciones y facilite el saldo positivo de su balanza de pagos. Por el contrario un euro fuerte perjudica las exportaciones de la zona euro, lo que daña, sobre todo, a las economías más dependientes de las ventas en el exterior como la alemana, la francesa y la italiana. A pesar de todo, el BCE se mostró recientemente optimista con las perspectivas de crecimiento de la zona euro y prevé un crecimiento en los doce países que comparten el euro de entre el 1,4 y el 2,4 por ciento para el próximo año.