L D (EFE) La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó que "es deseable" que cualquier decisión que se adopte respecto a la posible entrada de Sacyr en el capital del BBVA "sirva para garantizar la estabilidad total del sistema financiero español".
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernández de la Vega recordó que el Gobierno siempre ha manifestado su "máximo respeto" hacia la actuación de los órganos de gestión de las empresas privadas, por lo que "no vamos a entrar en más consideraciones".
Sin embargo, la portavoz del Ejecutivo sí se refirió a las declaraciones del ministro de Economía, Pedro Solbes, en las que abogaba por que la ofensiva de Sacyr concluyera con una solución que "garantizara la máxima españolidad" de la segunda entidad financiera del país". Fernández de la Vega explicó que esas declaraciones "van en el sentido de que cualquier decisión que se adopte, soberana y legítimamente por las empresas ha de ir en la línea de dar estabilidad al sistema financiero".
Los sindicatos critican la interferencia de Solbes
UGT y CCOO no han tardado en pronunciarse. En un comunicado remitido este viernes, los sindicatos alegan que "difícilmente se puede justificar el intento de Sacyr para controlar el 3,6 por ciento del capital del BBVA para garantizar su españolidad". A su juicio, un ex comisario europeo como es Solbes no debería manifestarse de esta manera, ya que "dificulta las posibilidades de BBVA para optar a un crecimiento en cualquiera de los países de la Unión -por ejemplo en su pulso en la BNL italiana- y se contradice con la reciente adquisición del quinto banco británico por el Santander".
Además, los sindicatos entienden que Solbes no ha tenido en cuenta la "muy notable" presencia de los inversores extranjeros en los grandes bancos españoles, en los que controlan el 45 por ciento del BBVA, el 49 por ciento del Popular y el 50 por ciento del Santander. CCOO y UGT, que tras conocerse las intenciones de Sacyr ya mostraron su oposición a la operación, han denunciado que las manifestaciones de Solbes "no sirven para tranquilizar a los trabajadores, clientes o accionistas del banco", sino que "contribuyen a reavivar la polémica y a generar más confusión". Por ello, han pedido responsabilidad a las autoridades económicas y a los organismos reguladores, para que contribuyan a "introducir elementos de cordura y no de confusión".