L D (EFE) Zhao Ziyang, que tenía 85 años, sufría desde hacía tiempo, siempre según las fuentes oficiales del régimen comunista chino, de múltiples enfermedades que afectaban su sistema cardiovascular y respiratorio", y fue hospitalizado varias veces en los últimos años.
La agencia oficial Xinhua destacó que el fallecimiento de Zhao se produjo después de que fallaran los tratamientos de emergencia a los que fue sometido. La hija de Zhao, Wang Yannan, señaló el pasado sábado que temían por la vida de su padre, por lo que pidió a los familiares residentes en el extranjero que regresaran a China para estar junto a la familia.
Zhao, que fue primer ministro durante los años 80, fue destituido de todos sus cargos en 1989 por apoyar públicamente la ocupación de la plaza de Tiananmen por los estudiantes, a quienes visitó y pidió con lágrimas en los ojos que se marcharan "antes de que fuera demasiado tarde".
Desde entonces, Zhao pasó más de quince años en arresto domiciliario, vigilado por guardias en la puerta de su lujosa villa día y noche, muy cercana a Tiananmen, pese a que grupos pro derechos humanos y algunos miembros del PCCh pidieron el levantamiento de la pena durante todos estos años.
El ocultismo oficial sobre el estado de salud de Zhao en los últimos meses se explica por el temor a que la muerte del ex dirigente desencadene manifestaciones de duelo que pudieran degenerar en protestas, como ocurrió con el fallecimiento de Zhou Enlai en 1976 y Hu Yaobang en 1989.
La agencia oficial Xinhua destacó que el fallecimiento de Zhao se produjo después de que fallaran los tratamientos de emergencia a los que fue sometido. La hija de Zhao, Wang Yannan, señaló el pasado sábado que temían por la vida de su padre, por lo que pidió a los familiares residentes en el extranjero que regresaran a China para estar junto a la familia.
Zhao, que fue primer ministro durante los años 80, fue destituido de todos sus cargos en 1989 por apoyar públicamente la ocupación de la plaza de Tiananmen por los estudiantes, a quienes visitó y pidió con lágrimas en los ojos que se marcharan "antes de que fuera demasiado tarde".
Desde entonces, Zhao pasó más de quince años en arresto domiciliario, vigilado por guardias en la puerta de su lujosa villa día y noche, muy cercana a Tiananmen, pese a que grupos pro derechos humanos y algunos miembros del PCCh pidieron el levantamiento de la pena durante todos estos años.
El ocultismo oficial sobre el estado de salud de Zhao en los últimos meses se explica por el temor a que la muerte del ex dirigente desencadene manifestaciones de duelo que pudieran degenerar en protestas, como ocurrió con el fallecimiento de Zhou Enlai en 1976 y Hu Yaobang en 1989.