L D (Europa Press) La anécdota se produjo cuando la titular española de Educación, Maria Jesús Sansegundo, se acercó a saludar a los monarcas, a sus respectivas esposas y al hermano del Rey de Marruecos, el príncipe Mulay Rachid. Sansegundo, siguiendo el protocolo, se dirigió primero a Mohamed VI, a continuación a Don Juan Carlos, en tercer lugar a doña Sofía y, cuando se dirigía hacia el hermano del rey alauí, la Reina retuvo su mano para que saludara antes a la princesa Lala Salma, un gesto con el que quiso dignificar la figura de la mujer en un país donde su papel es de subordinación al hombre.
Antes de este acto, la Reina ya había pasado buena parte de la jornada con la esposa de Mohamed VI, que ha tenido durante la visita de Estado de los Reyes españoles una presencia pública que no es habitual en Marruecos. Ambas acudieron a conocer el Centro de Inserción Social y Profesional para Jóvenes de Beni Makada, un barrio marginal de Tánger surgido hace quince años en la periferia de la ciudad por el éxodo rural. Más del 50 por ciento de la población es menor y se estima que el 70 por ciento de los menores extranjeros no acompañados de origen marroquí en España procede de este barrio.
Doña Sofía y Lala Salma entraron al Centro del brazo, visitaron las instalaciones y algunas aulas, en las que fueron recibidas con cantos por los niños, a quienes besaron antes de interesarse por su trabajo. Los críos ofrecieron a sus invitadas una pequeña representación teatral durante la que portaban carteles en la espalda donde se podía leer en español derechos como "libertad", "democracia" o "comida".