L D (EFE) El diálogo entre Gobierno, empresarios y trabajadores es una "clave esencial de la estabilidad institucional", dijo Zapatero en su discurso inaugural de una reunión de consejeros económicos y comerciales de las Embajadas de España en Iberoamérica que se celebra este martes en Sao Paulo, antes de partir hacia Buenos Aires, tercera etapa de su gira por el Cono Sur. Zapatero estuvo acompañado por el ministro de Industria, Comecio y Turismo, José Montilla, y el jefe de la oficina económica de la presidencia del gobierno, Miguel Sebastián.
Además, el jefe del Ejecutivo expresó su deseo de que se produzca una "segunda oleada" de inversión española en Iberoamérica, en la que participen no sólo grandes empresas sino también pymes, y para ello pidió el apoyo de los consejeros económicos y comerciales de España en el exterior. "Las grandes corporaciones tienen recursos", señaló, pero la promoción de las pymes "obliga a todos los servicios exteriores a trabajar". En el mismo sentido, apostó por una "diversificación" de la inversión española en Iberoamérica, actualmente concentrada en el sector financiero y en los servicios públicos. Las inversiones españolas, "han sido muy importantes pero pueden aumentar".
Por otro lado, señaló que "a pesar del gran esfuerzo inversor la exportación aún es reducida", dado que el principal escenario para las exportaciones españolas es la Unión Europea. Los 15 Estados que formaban parte de la UE hasta 2003 son el destino del 62% de la exportación española. Sin embargo, opinó que Iberoamérica puede ser una "referencia estratégica para el sector exportador español", sobre todo teniendo en cuenta el despegue económico que vive la región, que creció un 5% en 2004 y, según las previsiones de los organismos internacionales, crecerá un 4% en 2005.
Así, Zapatero aseguró que el Ejecutivo dedicará una "atención creciente a la promoción" de los productos españoles en el exterior y a las preocupaciones de las empresas españolas "en los mercados emergentes". No obstante, advirtió de que "no todas las empresas ni todos los proyectos son iguales", y expresó su deseo de que las empresas españolas impulsen el desarrollo de los países en los que se instalen, ya que "la imagen de España y de sus empresas" dependen precisamente de su actitud en el exterior. En esa línea, confió en que la frase 'made in Spain' sea no sólo "sinónimo de éxito" sino también de desarrollo económico de la región, y aseguró que junto a la pertenencia a la UE y su construcción, Latinoamérica es la "gran prioridad" de la política exterior española, no sólo desde el punto de vista económico, sino también político y de cooperación, y de creación de una "visión del desarrollo sostenible y social en el mundo".