L D (Agencias) Los representantes permanentes de los Veinticinco pactaron una declaración escrita donde se anuncia la suspensión de las sanciones y que será aprobada, en principio sin debate, el próximo lunes por los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión.
En el texto, el Consejo de la UE expresará su "disposición a mantener un diálogo constructivo con las autoridades cubanas", así como "relaciones más intensas con la oposición política pacífica y sectores más amplios de la sociedad civil cubana".
En el texto, el Consejo de la UE expresará su "disposición a mantener un diálogo constructivo con las autoridades cubanas", así como "relaciones más intensas con la oposición política pacífica y sectores más amplios de la sociedad civil cubana".
El Consejo "toma nota de la liberación" en junio y noviembre de 2004 de "algunos de los prisioneros políticos encarcelados en marzo de 2003, pero constata que esta liberación no se ha producido de manera incondicional". El consejo se refiere con estos términos a las licencias extrapenales que la dictadura castrista concedió a Raúl Rivero y un puñado más de disdentes.
Asimismo, insiste en su petición "apremiante" de liberar sin condiciones a todos los prisioneros políticos del Grupo de los 75 y pide con insistencia a las autoridades cubanas que liberen a todos los demás presos políticos que aún están retenidos.
Finalmente, República Checa evitó que un párrafo relativo a las invitación exclusiva del cuerpo diplomático y los ciudadanos de la UE a las fiestas nacionales de los Estados miembros fuese también recogidas en las conclusiones que serán aprobadas por los ministros el próximo lunes. Sin embargo, la presidencia optó por remarca que ésta es una "recomendación" del Comité de Política y Seguridad, órgano que no tiene entidad jurídica.
Las sanciones fueron adoptadas a raíz de la serie de detenciones y condenas contra disidentes y la ejecución de tres cubanos, que trataron de escapar de la isla secuestrando un barco, sin que hubiese una sola víctima, por el régimen totalitario en 2003. Incluían la invitación a representantes de la oposición cubana a las fiestas nacionales de las embajadas de la UE en La Habana, así como la reducción de las visitas oficiales a la isla. Las cárceles de la isla siguen repletas de presos políticos.
El PPE envía una carta de protesta
El Partido Popular Europeo (PPE) envió este jueves una carta al presidente de turno de la UE, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y al de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, en la que pide que no se levanten las sanciones diplomáticas contra Cuba, especialmente la que se refiere al tratamiento de los disidentes cubanos en las embajadas europeas en La Habana.
Según informa Europa Press, en la misiva, los populares expresan su "descuerdo más firme" con la propuesta de suspender temporalmente las sanciones adoptadas el 5 de junio de 2003, que será aprobada por los ministros de Asuntos Exteriores de los Veinticinco el próximo 31 de enero. En su opinión, esto significará "aceptar que un país tercero, en este caso, el régimen autoritario de Fidel Castro, tenga la última palabra sobre a quien podemos invitar o no a nuestras embajadas y delegaciones". "Esto constituiría un precedente terrible para el futuro y una vergüenza para nuestra diplomacia y nuestra política exterior, además de un golpe en las relaciones normales entre Estados soberanos y para la dignidad de la Unión Europea en su conjunto", lamentan los parlamentarios.
El PPE pide que se respete la resolución aprobada el 17 de noviembre de 2004 por la Eurocámara, que condicionaba el levantamiento de las sanciones a la liberación de todos los presos políticos. "Pensamos que tanto el Consejo como la Comisión deberían prestar más atención a la posición democrática del Parlamento y lamentamos profundamente que no este ocurriendo esto", reza la carta.
En este sentido, se recuerda la "terrible situación de los prisioneros políticos", y la retención en Cuba del disidente Oswaldo Payá, galardonado con el premio Sajarov el año 2002, y que no ha sido autorizado a viajar a Europa a debatir sobre la situación en su país a pesar de las reiteradas invitaciones del Parlamento Europeo.
"No tenemos nada que objetar al diálogo político en general. Estamos a favor del diálogo político. Y aceptamos la idea de que debe estar sujeto a una evaluación diplomática y política (...). Pero lamentamos profundamente que, aparentemente, la diplomacia europea haya caído en una trampa", concluye la misiva, que está firmada por 158 de los 268 eurodiputados del PPE, empezando por el presidente del grupo, el alemán Hans Poettering.