LD (EFE) El primer ministro de Georgia, Zurab Zhvania, fue hallado muerto en un apartamento en la capital georgiana, según ha informado el ministro de Interior, Vanó Merabishvili. Zhvania, según Interior, visitaba a un amigo y sus guardaespaldas se alarmaron por el hecho de que no contestaba el teléfono, por lo que derribaron la puerta del apartamento, donde hallaron su cadáver y el de su amigo, el vicegobernador de la región de Kvemo Kartli, Raul Yusúpov.
El ministro Merabishvili ha dado una primera explicación de los hechos: "se estableció que murieron asfixiados por inhalación de gas doméstico". Uno de los guardaespaldas que entró por una ventana encontró los cuerpos de Zhvania y Yusúpov. El jefe del Servicio Forense de Georgia, Leván Chachua, confirmó que los cadáveres de Zhvania y Yusúpov no presentan "ningún signo de violencia" y que ambos murieron asfixiados con monóxido de carbono, gas inodoro, incoloro y altamente tóxico.
La agencia de noticias internacional The Associated Press ha indicado que en la sala principal de la vivienda había un calefactor de gas de fabricación iraní y un juego de "backgamon" abierto en una mesa. La calefacción es poco común en Georgia donde la gente utiliza estufas y calefactores. Por su parte, el director general de la empresa de gas "Tifgaz", David Morchiladze, precisó que en el apartamento se había acumulado dióxido de carbono debido a que la estufa había sido mal instalada.
Durante una reunión urgente del Gobierno, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, afirmó que la muerte de Zurab Zhvania, de 41 años, ha sido una "casualidad trágica". Minutos antes y durante una breve intervención en la televisión y radio, dijo que "Georgia ha perdido a un gran patriota y yo, a mi mejor amigo, a mi consejero más fiable y a mi mayor aliado". Al mismo tiempo pero en Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, expresaba sus condolencias a Saakashvili calificando a Zhvania de "destacado estadista y político".
En los últimos años, algunos periódicos georgianos se hicieron eco de rumores que circulaban en Tiflis sobre las supuestas "preferencias sexuales no tradicionales" del fallecido, quien deja esposa y tres hijos. "No creo que alguien necesitara matar a Zhvania. Nadie en Georgia quería su muerte", dijo a un grupo de periodistas el jefe adjunto del Gabinete de la Presidencia, Guram Absandze. En tanto, el diputado Amilán Chalamberidze, vicepresidente del comité parlamentario de política regional, declaró que "existe la impresión" de que la muerte del primer ministro y el atentado terrorista en Gori, donde el martes estalló un coche bomba, están "vinculados" y de que son "producto de cierta injerencia externa".
El desaparecido primer ministro lideró junto con el actual jefe de Estado georgiano, Mijáil Saakashvili, y la presidenta del Parlamento, Ninó Burzhanadze, la denominada "revolución de los claveles", que en noviembre de 2003 desbancó del poder a Eduard Shevardnadze. Saakashvili convocó una reunión urgente del Gobierno nada más conocer de la muerte de su primer ministro.
