L D (EFE) Aún así, el equipo valenciano, que ahora se enfrentará al Charleroi belga, mandó en casi todo momento. El acierto de Rakocevic desde la línea de triple en los últimos instantes le permitió asegurar su clasificación en un partido que, extrañamente en baloncesto, acabó en empate. Con un buen ambiente en las gradas, mucho menos pobladas habitualmente en esta Copa ULEB, ambos equipos saltaron a la pista conscientes de la importancia del choque y los primeros minutos se convirtieron en un intenso duelo anotador.
La igualdad la rompió Dejan Tomasevic. El pívot serbio dio, con 12 puntos casi consecutivos y un par de buenos robos de balón, un fuerte impulso a su equipo. Los pívots del DKV se veían impotentes ante su amplia variedad de recursos. La salida a pista del argentino Alejandro Montecchia, que fue duda hasta última hora por un esguince en el tobillo, terminó de conjuntar el juego de los locales (35-27, m.15). Pero la Penya no se arrugó. Si en los primeros minutos fue Alex Mumbrú el que le sostuvo en el marcador, después fue Rudy Fernández quien asumió la responsabilidad, ayudado por el base Carles Marco, que se hico con el ritmo del choque (45-44, m.20).
Tras el paso por el vestuario, el equipo valenciano regresó dispuesto a sentenciar definitivamente el choque de la mano de Igor Rakocevic pero, en esta ocasión, se encontró con las ganas de Sean Rooks. La moral del Pamesa se resentía al no poder romper definitivamente el choque y de ello se aprovechó el brasileño Marcelo Huertas, que aumentó todavía un punto más la velocidad y la agresividad defensiva del conjunto de Aíto García Reneses, que por primera vez se puso por delante (60-61, m.30).
Reaccionó el Pamesa pero su enésimo intento despertó definitivamente a Rudy Fernández. El mallorquín anotó nueve puntos consecutivos y dio una lección de fundamentos, aunque él solo no era suficiente para levantar la eliminatoria. Por si fuera poco, Fernández sufrió una lesión muscular en el gemelo que le obligó a dejar la pista. Lo hizo con las lágrimas a punto de salir y escoltado por una cerrado ovación de la Fuente de San Luis, que homenajeó así a quien le situó al borde del abismo. Pero el equipo catalán no bajó los brazos. A base de triples consiguió meterle el miedo en el cuerpo al Pamesa (82-83, m.39), pero un certero triple de Rakocevic cercenó los sueños del Joventut y sentenció la clasificación de los valencianos.