L D (Agencias) Del Río explicó la dificultad de avanzar un diagnóstico exacto para la estructura de la torre, ya que desconoce cómo ha incidido la fuerza del viento en las cargas del fuego contra el edificio, y si estas cargas han sido mayores en un lado del edificio. Entonces podría darse el caso de que cayera demasiado inclinado pero, reiteró, “lo suyo, en un principio, es que caiga recto, si es que se desploma”. El arquitecto afirmó que está apenado por la destrucción de esta torre de 106 metros de altura y muy similar en su construcción (un núcleo central de hormigón y un perímetro metálico) de la vecina torre del Banco Bilbao Vizcaya, que también se construyó en los años 70.
Además, Manuel del Río relató a la Agencia EFE que cuando se construyó, el edificio cumplía toda la normativa antiincendios de entonces y que de hecho las escaleras han resistido y hubieran permitido, sin problemas, la evacuación de toda la gente. Del Río dijo finalmente que no se explica cómo no funcionaron todas las alertas de humos y medidas de autoextinción que hay por planta contra el fuego porque estos edificios, a pesar de la prensa que tienen, concluyó, son mucho mas seguros que el resto.
En el arquitecto Rafael de la Hoz declaró a Europa Press que que si el esqueleto de la torre no se ha venido abajo ya con las temperaturas tan altas que ha soportado "no es posible que se derrumbe ahora" y señaló que este hecho ha demostrado que las estructuras de hormigón son mucho más resistentes al fuego que las metálicas. Especificó que el inmueble ha sufrido tal daño "que lo más posible es que, en lugar de derruirlo, haya que desmontarlo, lo que supone una operación costosa y compleja que requerirá un estudio minucioso".