L D (Agencias) Elorriaga criticó a Maragall, que tiene que "asumir responsabilidades tanto por el accidente ocurrido como por el accidente político". "Es evidente que existen síntomas claros de agotamiento" del Gobierno tripartito catalán formado por PSOE, ERC e IC-V, apuntó Elorriaga.
El portavoz popular explicó que la coalición que gobierna Cataluña es "incapaz de resolver los problemas reales de los ciudadanos" y se dedica a estudiar reformas irreales, en alusión a la reforma del Estatuto. Elorriaga expresó además su acuerdo con el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, por considerar imposible que el Estatuto de Cataluña contemple su propio modelo de financiación.
Maragall retrasa su viaje a Uruguay un día
La crisis desatada por las acusaciones de Maragall y el chantaje político de CiU ha obligado al presidente catalán a retrasar un día el viaje a Uruguay, previsto para este lunes. En su lugar, Maragall ha decidido asistir a la comisión ejecutiva que el PSC celebra el mismo día.
La reunión de la diercción del PSC ha cobrado especial relevancia después de que los asesores del presidente hayan filtrado su intención de concertar una reunión de todos los grupos parlamentarios en Sabadell con el objetivo de retomar el consenso político necesario en Cataluña que asegure la reforma estatutaria. Sin embargo, tanto la oposición como fuerzas del tripartito rechazan esta posibilidad.
CiU insiste en que el presidente debe rectificar públicamente sus insinuaciones en el Parlamento, ya que atacan su honorabilidad. En cualquier caso, sólo verían bien una reunión de líderes si es para pactar un nuevo modelo de financiación para Cataluña.
Pactos subterráneos y falso consenso
El presidente del PP de Cataluña expresó su temor por la posible gestación de un pacto entre el PSC y CiU para llegar a un "acuerdo subterráneo" que tape el escándalo de las comisiones de CiU durante su legislatura.
Ese también podría ser el objetivo de la reunión de líderes catalanes que quiere celebrar Maragall. Según Josep Piqué, en vez de favorecer la normalización de relaciones entre los partidos, el encuentro puede terminar creando "un clima de falso consenso" en el que los políticos catalanes aparezcan tapándose sus "respectivas vergüenzas".
Este posible acuerdo recordaría al "famoso caso de las encuestas falsas del anterior Gobierno catalán, que al final fue objeto de cambalache y trapicheo entre el PSCy CiU".