L D (Europa Press) "Si el presidente del Gobierno lo que quiere es que hablemos de lo que interesa los españoles, que haya un Estado viable, que funcione, con competencias, que pueda garantizar la igualdad y la solidaridad, estoy de acuerdo –argumentó Rajoy—, pero lo primero es que retire ese plan que es un disparate, que no contenta a nadie y mucho menos a los electores del Partido Socialista".
El líder popular apuntó que iba a hacer una “aportación” al jefe del Ejecutivo, aconsejándole que tome su “primera decisión” basada en "la lógica, el sentido común y el interés general" y exija al PSE que ponga fin a su propuesta de reforma estatutaria. Según Rajoy, ha llegado el momento en el que Zapatero debe aclarar a la opinión pública si apoya o no el término “comunidad nacional” y aclaró que el PP no lo aceptará ni para Euskadi ni para ninguna autonomía.
También quiere que el jefe del Ejecutivo se defina acerca de los traspasos en la gestión de la Seguridad Social, la cesión de competencias en el área Exterior o la voluntad de "desapoderar" al Estado de la capacidad de regular las competencias de las comunidades a través de las leyes de bases. En el caso de que el presidente comparta el criterio de los populares y no respalde ninguna de esas premisas, dijo, estaría en la obligación de demandar a López y el resto de dirigentes del socialismo vasco que retiren su plan, un plan que el PSE-EE somete a debate precisamente este sábado, en una Conferencia Política que tiene lugar en San Sebastián.
Reforma del Senado encargada al Consejo de Estado
A continuación, Rajoy criticó otra de las iniciativas socialistas en el área de reformas de la "arquitectura institucional": la de poner en manos del Consejo de Estado la elaboración de un anteproyecto de reforma constitucional. A su juicio, el Ejecutivo socialista ha vuelto a dejar la responsabilidad de resolver una cuestión de calado a otro "comité de sabios", como ya hizo con su proyecto para los medios de comunicación públicos.
"Cuando no saben lo que tienen que hacer, le encargan a otro que les digan qué tiene que hacer. Pero si usted es el Gobierno, tiene que saber lo que quiere y tener un criterio –aseveró—. Ahora le dicen al Consejo de Estado que hagan ellos una reforma del Senado. Si yo fuera del Consejo de Estado, le diría: '¿Me puede explicar qué es exactamente lo que quiere hacer?'".
Según el líder de los populares, la labor del Consejo es aconsejar al Ejecutivo y no "legislar" para sustituir al Gobierno de la nación, que debe contar con sus propios criterios y objetivos. "Y el PP no está ni a favor ni en contra (del proyecto de reforma de la Carta Magna) porque no se puede opinar sobre la nada. Cuando el Consejo de Estado presente un texto y el Gobierno lo asuma como propio, entonces daremos nuestra opinión", avisó.
Después, dijo que Zapatero ha "envuelto" a la sociedad en un debate sobre el modelo de Estado que no es lo que "interesa" a los españoles, ya que, a su entender, a los ciudadanos "normales, sensatos y con sentido común" lo que les preocupa la mejora del sistema del bienestar, la creación de empleo y los impuestos.
Sin embargo, el PSOE "ha abierto un melón" que exige al PP, como principal partido de la oposición, actuar "con la mayor responsabilidad de la que sea capaz", especialmente en un momento en el que Ibarretxe presenta un plan "de ruptura" para "irse" de España y los socialistas vascos defienden "sin principios y convicciones" un proyecto alternativo.
Ante esto, recordó, él acudió a La Moncloa a ofrecer a Rodríguez Zapatero un acuerdo para garantizar "la unidad nacional" si se sentía amenazado por "socios" a los que no interesa el "interés general, sino el particular". "Y no ha querido. A nosotros no se nos puede pedir más", concluyó, aunque añadiendo que el PP estará "ahí" si los intereses de los españoles se ponen en peligro