Crónica del Sevilla 0 - Parma 0
Como se presumía, el Sevilla salió volcado sobre el área del Parma e intentó incursiones constantes por las dos bandas y por el centro ante un rival descaradamente defensivo que acumuló prácticamente a todos sus efectivos muy cerca del meta francés Sebastien Frey. Las ocasiones de abrir el marcador no tardaron en llegar, aunque al equipo de Joaquín Caparrós le faltó algo de tranquilidad y precisión para materializarlas, como sucedió al cuarto de hora, cuando Frey efectuó una gran parada al remate con intención de Jesuli.
La formación parmesana tuvo muy poco tiempo el balón en su poder, pero sí mostró que, cuando era suyo, la clara idea era la de dárselo en largo a Ruopolo o Marchionni para que intentaran sorprender a la adelantada defensa local y marcar ese gol que tanta importancia tiene cuando lo consigues fuera de casa. Así, el tanto sevillista era cuestión de tiempo ante un rival ultradefensivo que nunca perdió la compostura en el propósito de dejar su meta a cero y que por ello llegó a desesperar a los de Caparrós, que se fueron al descanso con el empate a cero y sin saber cómo romper el entramado rival.
En la segunda parte, el Sevilla redobló sus esfuerzos y se sucedió un carrusel de jugadas de peligro ante la portería transalpina sin que ninguna se tradujera en gol ante la desesperación e impotencia de los seguidores locales. La desbandada hacia el ataque del conjunto andaluz también pudo costar caro, como a los 63 minutos de juego, cuando el portero Esteban tuvo que mandar el balón a córner en una gran intervención tras el lanzamiento lejano de Bresciano.
Conforme se acercó el partido a su conclusión, el Sevilla, con un Julio Baptista desaparecido y que incluso fue sustituido por Darío Silva, notó el tremendo desgaste físico y mostró menos recursos en ataque ante un Parma que nunca se descompuso. En los instantes finales, el propio Darío Silva y Ariza Makukula estuvieron cerca del 1-0, pero sobre todo Jesús Navas, quien en la prolongación vio cómo un remate suyo acabó con el balón repelido por la cepa del poste.
Crónica del Austria de Viena 1 - Zaragoza 1
El protagonismo del encuentro se lo llevó el terreno de juego, duro y rápido, que ocasionó numerosos resbalones, la mayoría entre los jugadores del Zaragoza. Los botes endiablados del esférico y la dificultad para controlar favorecieron al Austria, equipo más experimentado en estas lides y menos técnicos. Savio avisó en el primer con un disparo desde el pico del área grande, y a partir de ahí el equipo centroeuropeo empezó a empujar al conjunto maño contra su área.
Los de Víctor Muñoz no dieron nunca la impresión de tener claro qué hacer con el balón. El miedo a las lesiones parecía atenazar a los zaragocistas, muy tímidos, mientras que los austriacos se mostraban más resueltos y agresivos en los balones divididos. Los únicos fogonazos futbolísticos durante la primera mitad salieron del duelo entre Savio y Libor Sionko, emparejados en la misma banda. La medular maña, reforzada con la envergadura de Generelo, no restó movilidad a Blanchard, el catalizador del juego vienés.
El primer gol llegó en el minuto 31, cuando el noruego Rushfelt, ex jugador del Racing de Santander, soltó un latigazo desde el pico del área en una jugada en la que el bote del balón engaño a la defensa. Los maños salieron en la segunda parte con ánimo de recomponer el partido, dejándole espacios al Austria, que pudo marcar por medio de Vachousek, aunque éste falló en la ejecución cerca de la cal del área pequeña. Poco después en otro fallo ocasionado por un resbalón de Milito, Sionko pudo marcar en un mano a mano con Luis Garcia. El checo fue un auténtico puñal por el costado maño, que en su afán por conseguir la igualada le dejó más suelto en los último 45 minutos.
En el minuto 63 los zaragocistas pudieron empatar por medio de David Villa. Pero el gol llegó unos diez minutos después por medio de Savio. En una escapada por la banda, el brasileño cruzó el balón haciendo imposible la estirada de Didulica, en un justa recompensa por el esfuerzo maño. Ambiente festivo en el estadio Ernst Happel, donde antes del partido las gradas le cantaron el cumpleaños feliz a Toni Polster, que celebra el 41 aniversario.