L D (EFE) Fueron varios los miembros del Comité Federal del PSOE los que mostraron su apoyo al Gobierno catalán y al Ayuntamiento de Barcelona ante la crisis provocada por Maragall pero también quisieron matizar que su política interna no debe mezclarse con las reformas estatutarias, que deben respetar la solidaridad y la igualdad entre autonomías.
Entre los dieciséis turnos de palabra que se tomaron en la reunión del Comité, máximo órgano de decisión del partido entre congresos, varios estuvieron enfocados en los futuros cambios del modelo de Estado. Entre ellos, el del alcalde barcelonés, Joan Clos, que explicó que tras una semana plagada de "grandes temas" que finalmente "acabó bien", el PSC "podrá volver a centrarse en ser el motor de impulso del nuevo estatuto", tema de fondo "que legitima la acción del gobierno" catalán. Este estatuto deberá tener un "contenido relevante" para que Cataluña "participe en la plasmación de la España plural", añadió Clos.
Entre los dieciséis turnos de palabra que se tomaron en la reunión del Comité, máximo órgano de decisión del partido entre congresos, varios estuvieron enfocados en los futuros cambios del modelo de Estado. Entre ellos, el del alcalde barcelonés, Joan Clos, que explicó que tras una semana plagada de "grandes temas" que finalmente "acabó bien", el PSC "podrá volver a centrarse en ser el motor de impulso del nuevo estatuto", tema de fondo "que legitima la acción del gobierno" catalán. Este estatuto deberá tener un "contenido relevante" para que Cataluña "participe en la plasmación de la España plural", añadió Clos.
Igualdad frente a federalismo asimétrico
Tras esta intervención, según "fuentes conocedoras de la reunión" socialista que cita la Agencia EFE, los dirigentes socialistas de Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía tomaron la palabra en el Comité Federal. Coincidieron en expresar su apoyo al tripartito catalán y al Ayuntamiento barcelonés, pero también reclamaron que se respeten los principios de "solidaridad, cohesión e igualdad" en las reformas estatutarias e institucionales previstas en la legislatura.
Así, y siempre según estas fuentes, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, destacó que la "igualdad" es un valor en el que cualquier modificación del modelo de Estado debe profundizar para ser "complejo y compuesto", pero no "acomplejado", y velar por la igualdad. En este sentido, reiteró que cualquier cambio que se haga debe buscar "más solidaridad y más igualdad", y recordó que "lo contrario de igual es desigual, no distinto", por lo que "se puede ser distinto sin ser desigual".
El secretario de Organización del PSOE de Andalucía, Luis Pizarro, hizo hincapié en que "el sentido común, la prudencia y la solidaridad" deben ser los principios que presidan los cambios previstos. Afirmó, según las citadas fuentes, que el tema territorial no debería ser "la estrella" de la legislatura, pero asumió que es inevitable que sea así, y defendió el peso que se debe otorgar a Andalucía a la hora de acometer estas reformas.
En representación de Extremadura, Félix Ropero asumió las palabras de su colega andaluz a la hora de exigir "prudencia y tranquilidad" en los cambios de modelo autonómico. Además, aseguró que los municipios también quieren tener voz en las reformas constitucionales y que se tengan en cuenta sus problemas de financiación, así como que se pase del 10 al 15 por ciento en las cesiones obligatorias para vivienda protegida en las entidades locales.
Ausencia de Maragall
A todas estas intervenciones puso fin el consejero de Economía de la Generalidad catalana, Antoni Castell, que en su turno de palabra (el último antes de que volviera a hablar Zapatero) se dirigió a lo que compañeros de partido que dudan sobre la reforma estatutaria de Cataluña: "¿Cómo vamos a hacer un Estatut que no se inscriba dentro de la Constitución?", planteó.