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Juan Pablo II imparte la bendición "Urbi et Orbi" con evidentes signos de cansancio

Tras la misa del Domingo de Resurrección, celebrada por el cardenal Angelo Sodano, el Papa se ha asomado a la ventana para impartir la bendición “Urbi et Orbi”. El Pontífice ha presentado signos de cansancio, lo que no le ha impedido bendecir a la multitud congregada ante la basílica de San Pedro. Aunque tenía un micrófono, no se ha podido escuchar la voz de Juan Pablo II, debido a la traqueotomía que se le practicó en febrero, y se ha limitado a bendecir a los fieles con la mano derecha.

Tras la misa del Domingo de Resurrección, celebrada por el cardenal Angelo Sodano, el Papa se ha asomado a la ventana para impartir la bendición “Urbi et Orbi”. El Pontífice ha presentado signos de cansancio, lo que no le ha impedido bendecir a la multitud congregada ante la basílica de San Pedro. Aunque tenía un micrófono, no se ha podido escuchar la voz de Juan Pablo II, debido a la traqueotomía que se le practicó en febrero, y se ha limitado a bendecir a los fieles con la mano derecha.
L D (EFE) Juan Pablo II siguió la ceremonia desde sus dependencias en el Palacio Apostólico, y tras la finalización de la misa, se asomó a la ventana y bendijo a la multitud congregada en San Pedro. El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls le acercó un micrófono para que pudiera dirigirse a los fieles, aunque sólo se le pudo oír respirando y se le vio cómo vocalizaba algunas palabras.
 
Decenas de miles de personas abarrotaron la plaza de San Pedro, adornada con miles de flores multicolores, regalo de floricultores holandeses al Papa. La misa no tuvo homilía y fue seguida por personas de todo el mundo a través de las cámaras de más de 100 cadenas de televisión.
 
En su mensaje pascual, leído en nombre del Pontífice por el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, Juan Pablo II advirtió que sobre la humanidad se cierne el peligro de guerras fratricidas e hizo un apremiante llamamiento a la paz. El papa invocó la paz para toda la humanidad, con la mirada puesta en Tierra Santa, Oriente Medio y Africa, "donde se sigue derramando mucha sangre". En su mensaje, la primera vez en sus 26 años de Pontificado que no lo lee, debido a su delicado estado de salud, el Papa denunció que en el mundo se sigue sufriendo y muriendo de miseria y hambre.

El Papa, que padece parkinson, fu sometido a una traqueotomía el 24 de febrero pasado y en mayo cumplirá 85 años, sigue la ceremonia desde sus dependencias en el Palacio Apostólico.

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