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Gallardón se une a Magdalena Álvarez para exigir a Aguirre que pague una obra competencia de Fomento

La Ministra de Fomento ha vuelto a ignorar a la Comunidad de Madrid, y esta vez con la complicidad del alcalde de la capital, con el que se ha reunido para pedir a Esperanza Aguirre que ejecute una obra que compete al Ministerio. En la reunión se anunciaron dos acuerdos ya previstos por el ministro anterior. En cambio, no se dijo nada de la R-1, la R-6, el cierre de la M-50, el Cercanías a Navalcarnero y otras actuaciones previstas y reclamadas por la CAM.

La Ministra de Fomento ha vuelto a ignorar a la Comunidad de Madrid, y esta vez con la complicidad del alcalde de la capital, con el que se ha reunido para pedir a Esperanza Aguirre que ejecute una obra que compete al Ministerio. En la reunión se anunciaron dos acuerdos ya previstos por el ministro anterior. En cambio, no se dijo nada de la R-1, la R-6, el cierre de la M-50, el Cercanías a Navalcarnero y otras actuaciones previstas y reclamadas por la CAM.
(Libertad Digital) A pesar de haber mandado alguna carta a Esperanza Aguirre para reunirse con ella y el alcalde, ni la ministra de Fomento ni Ruiz Gallardón se pusieron en contacto con la presidenta de la CAM para informarle de dicha entrevista en la que se pretendía abordar la coordinación y planificación de los proyectos de infraestructuras que ambas administraciones acometen en el término municipal madrileño, que ha decrecido en más de un 25 por ciento y que han paralizado obras claves para el desarrollo de la comunidad.
 
Según el ministerio de Fomento, a este encuentro también había sido invitada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en sendas cartas remitidas por la ministra el 23 de noviembre y 31 de enero pasados, donde proponía una reunión tripartita para que las distintas administraciones unieran sus esfuerzos en la “planificación, coordinación y sincronización” de sus actuaciones en la región, así como el desarrollo de un sistema de transportes adecuado para el área metropolitana. Nada más se supo en el Palacio de la Comunidad a este respecto.
 
Durante la reunión se ratificaron dos convenios, uno de ellos ya acordado por el anterior responsable Francisco Álvarez Cascos y paralizado por la presente ministra. Se trata del intercambiador de Alonso Martínez, que daría una nueva estación de Cercanías dentro del nuevo túnel de conexión entre Atocha y Chamartín. La Comunidad de Madrid ya manifestó su interés en participar en esta actuación.
 
El reparto de la financiación se haría de la siguiente manera, a la espera de ser ratificada por la Comunidad madrileña: un 50% con cargo al Ministerio de Fomento, el 35% a la Comunidad y el 15% restante lo aportará el Ayuntamiento capitalino, prácticamente igual que como estaba previsto en 2003. Sí se firmó un  convenio que estaba en estudio para financiar al 50% una propuesta de mejora de la accesibilidad de los distritos de Vicálvaro, San Blas y Moratalaz desde la M-40 y M-23, mermados en sus accesos desde la puesta en servicio de la autopista de peaje R-3, que corta la avenida de Daroca, vía de salida de los vecinos de Vicálvaro.
 
Sin embargo, uno de los puntos conflictivos es la llegada del metro a la nueva terminal de Barajas. Fomento, que es la autoridad competente en el aeropuerto a través de AENA, y el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, invitan a la Comunidad de Madrid a que prolongue la línea de metro hasta la nueva terminal T-4 del aeropuerto desde la actual estación que presta servicio a las terminales T-1 y T-3, tanto si Madrid es elegida sede de los Juegos Olímpicos, como si no, porque significaría anticiparse al futuro. la Comunidad no lo ha contemplado hasta el momento y exige a Fomento que se haga cargo de esa obra ya que es la Administración competente.
 
Por otro lado, también se anunció un estudio de viabilidad ya previsto por Cascos para que llegue el AVE al aeropuerto de Barajas. Este ha sido uno de los motivos claves del retraso de la llegada del tren de Alta Velocidad, por ejemplo, a Barcelona, por el empecinamiento de las autoridades catalanas en la llegada a El Prat, y la disensión en los trazados.

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