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TRAS FRACASAR UNAS NEGOCIACIONES CON UNA EMPRESA CHINA

El mítico fabricante de automóviles británico MG Rover se declara en bancarrota

El fabricante automovilístico MG Rover se ha declarado en bancarrota tras fracasar las negociaciones con una empresa china, según anunció la ministra británica de Comercio e Industria, Patricia Hewitt. El grupo británico, cuya insolvencia hace peligrar miles de empleos, ha sido puesto bajo administración pública, según explicó la ministra.

El fabricante automovilístico MG Rover se ha declarado en bancarrota tras fracasar las negociaciones con una empresa china, según anunció la ministra británica de Comercio e Industria, Patricia Hewitt. El grupo británico, cuya insolvencia hace peligrar miles de empleos, ha sido puesto bajo administración pública, según explicó la ministra.
L D (EFE)  La compañía mantenía intensas negociaciones para forjar una alianza con el grupo chino Shanghai Automotive Industry Corporation (SAIC), de propiedad estatal, toda vez que el Gobierno británico estudiaba la posibilidad de conceder a MG Rover un préstamo de unos 145 millones de euros para garantizar la operación.
 
Sin embargo, según declaró la titular de Comercio e Industria británica, "SAIC dejó claro, al final, que no estaban seguros sobre la futura solvencia de MG Rover y, por tanto, no había ninguna perspectiva razonable de acuerdo".  "El Gobierno -continuó- estaba preparado para aportar ayuda financiera de hasta 100 millones de libras (unos 145 millones de euros), pero, sin acuerdo, no había posibilidad de canalizar el préstamo".
 
El Gobierno y los sindicatos trabajarán con el administrador y con todos los implicados para garantizar el futuro de la fabricación de vehículos" en la planta de la empresa británica en Longbridge, en Birmingham (centro de Inglaterra). La confirmación de la insolvencia de pagos se conoció después de que MG Rover suspendiera "temporalmente" la producción en esta fábrica", donde trabajan 6.000 empleados, por la falta de suministro de componentes.
 
Pese al parón, los trabajadores permanecieron "ocupados" en la planta, donde habitualmente se construyen algunos modelos como los Rover 25, 45 y 75, así como los coches deportivos de la marca MG. La suspensión de la producción ocurrió mientras seguían las negociaciones de MG Rover y SIAC para crear una empresa de riesgo compartido, que, por un lado, sirviera al grupo chino para entrar en Europa y, por otro, salvaguardase el futuro del grupo británico.

SIAC, según los medios británicos, podía llegar a invertir hasta 1.450 millones de euros (1.863 millones de dólares) en MG Rover, que no levanta cabeza desde 2000, cuando el fabricante automovilístico alemán BMW vendió ese grupo al consorcio Phoenix, formado por empresarios ingleses.

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