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Fumata nera en la primera votación para elegir al sucesor de Juan Pablo II

La fumata de la primera votación de los cardenales que eligen al sucesor de Juan Pablo II ha sido negra, lo que significa que el resultado ha sido negativo. El humo negro salió por la chimenea de la Capilla Sixtina a las 20.06 horas. La elección del nuevo Papa comenzó con la entrada de todos los cardenales electores en la Capilla Sixtina. Tras prestar juramento de silencio, se pronunció el “extra omnes” (todos fuera) y todos los ajenos al Cónclave abandonaron el recinto. El nuevo Pontífice deberá ser respaldado por dos tercios de los electores, setenta y siete votos.

La fumata de la primera votación de los cardenales que eligen al sucesor de Juan Pablo II ha sido negra, lo que significa que el resultado ha sido negativo. El humo negro salió por la chimenea de la Capilla Sixtina a las 20.06 horas. La elección del nuevo Papa comenzó con la entrada de todos los cardenales electores en la Capilla Sixtina. Tras prestar juramento de silencio, se pronunció el “extra omnes” (todos fuera) y todos los ajenos al Cónclave abandonaron el recinto. El nuevo Pontífice deberá ser respaldado por dos tercios de los electores, setenta y siete votos.
(Libertad Digital) La primera votación para elegir Papa ha dado resultado negativo y ha sido anunciada al mundo con la “fumata negra”, es decir el humo que ha salido por la chimenea de la Capilla Sixtina ha sido negro. La fumata negra salió por la chimenea a las 20,06 horas local en medio de una gran expectación. Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza de San Pedro para seguir el evento en directo.

El humo negro salió por la chimenea durante un buen rato, para que no quedasen dudas de que era de ese color. El Vaticano ya anunció que este año no ocurrirá como en el cónclave de 1978 que eligió a Juan Pablo I, cuando el humo blanco que salió no se distinguió, ya que era de un color grisáceo. El humo negro señala que ninguno de los votados logró los dos tercios de los sufragios, como contempla la normativa vaticana para ser elegido Papa en una primera etapa. Teniendo en cuenta que los electores son 115, eran necesarios 77 votos. Tras esta primera fumata negra, los cardenales volverán a votar este martes a las nueve de la mañana.
 
Fumatas a las 12 y a las 19 aunque si es blanca se adelantaría
 
Están previstas dos votaciones por la mañana y dos por la tarde, según contempla la normativa vaticana, que establece esos escrutinios en los tres primeros días. Según explicó Navarro Valls el sábado, están previstas dos fumatas cada día, una sobre las 12.30 de la mañana -que recoge los resultados de las dos votaciones matutinas-, y otra sobre las 19.30. No obstante, el portavoz vaticano dejó claro que, en el caso de que se eligiera Pontífice en la primera votación, la fumata sería visible al momento, y no habría que esperar más.  
 
Si tras los tres primeros días ninguno ha alcanzado los 77 votos, se procederá a una jornada de reflexión y plegarias en la que no se votará. Después se reanudarán las votaciones por otros siete eventuales escrutinios. Si tampoco ha salido Papa se procederá a una nueva jornada de reflexión. Después se procederá a otros eventuales siete escrutinios. Si sigue sin haber fumata blanca habrá otra pausa de reflexión y otros siete escrutinios. Tras esas votaciones el nuevo Pontífice se elegirá entre los dos más votados, pero siempre deberá lograr la mayoría absoluta de los votos. Juan Pablo II fue elegido en octubre de 1978 en la octava votación y Juan Pablo I en la cuarta.
 
El comienzo de Cónclave
 
Este lunes a las 16.30, tuvo lugar la procesión de entrada en la Capilla Sixtina, y a continuación, se ha procedido a celebrar el primer acto formal, el juramento que precede al "extra omnes", (todos fuera) y todos los ajenos al Cónclave han abandonado el recinto.

El cardenal decano Joseph Ratzinger fue el primero en pronunciar el largo juramento, centrado en la necesidad de respetar las reglas previstas en la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", sobre el deber de evitar interferencias y de respetar el secreto del Cónclave. A continuación cada purpurado con la mano sobre el Evangelio situado en el centro de la capilla, leyó y pronunció un breve juramento, según la fórmula: "Y yo, ...  Cardenal ...  prometo, me obligo y juro", y poniendo la mano sobre los Evangelios, añadirá: "Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano".
 
En ese momento, el cardenal Tomas Spidlik, no elector debido a haber sobrepasado ya los ochenta años, leyó la segunda meditación prevista por la Constitución Apostólica. Una vez terminada, salió de la capilla Sixtina en compañía del Maestro de celebraciones litúrgucas pontificias, monseñor Piero Marini. Ahí empieza el secreto del Cónclave, cuando los cardenales deben decidir si ya este mismo lunes por la tarde se procede a una primera votación o se comenzará directamente el martes por la mañana, aunque en los últimos Cónclaves se ha preferido esperar a la segunda jornada para proceder a las votaciones.
 
 
Las novedades del primer Cónclave del tercer milenio
 

Las urnas para recoger los votos se han realizado ex profeso, porque la Constitución "Universi Dominici Gregis" exigía un nuevo contenedor (además de los dos tradicionales) para recoger los votos de los eventuales cardenales que tienen derecho a voto pero están impedidos por una enfermedad y no pueden alejarse de su habitación. Las urnas usadas hasta el Cónclave de 1978 están en la sacristía de la capilla Sixtina, aunque no se usarán. Las urnas han sido encargadas al escultor Buonanotte, que las ha realizado en plata y bronce dorados, labradas con símbolos bíblicos, sobre todo con motivos del buen pastor.

 
Una mayoría de 77 votos será suficiente para convertirse en Papa, según establece la Constitución Apostólica, donde viene explicado que en los primeros dice días del Cónclave (hasta el 29 de abril), en los que habrá treinta escrutinios, para ser elegido Papa se exige una mayoría de dos tercios de los 115 cardenales electores más uno, o sea, setenta y siete votos. Si después de esa fecha aún no se ha elegido nuevo Pontífice, se podrá pasar a la mayoría absoluta o a la elección entre los dos candidatos más votados en el último escrutinio.
 
El procedimiento de escrutinio tiene tres fases: preparación y distribución de las papeletas por parte de los Ceremonieros, quienes entregarán dos o tres papeletas a cada cardenal elector; se elección por sorteo de tres escrutadores, de entre los cardenales, de tres encargados de recoger los votos de los enfermos y de tres revisores, y si entre los elegidos por sorteo salen cardenales electores enfermos se extraerán los nombres de otros no impedidos.
 
La chimenea de la Capilla SixtinaLas papeletas tendrán forma rectangular y llevarán escrita en la mitad superior las palabras ELIGO IN SUMMUM PONTIFICEM, con la parte inferior en blanco para que se escriba allí el nombre del elegido. Cada cardenal deberá escribir el nombre con una caligrafía lo más irreconocible posible y lo llevará hasta la urna. Delante de los escrutadores pronunciará el juramento: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".

Cuando todos los purpurados hayan introducido su papeleta se procede a contarlas. Si el número de las mismas no corresponde al de electores, se procederá a quemarlas inmediatamente y se realizará una segunda votación. Si todo está en orden, los escrutadores se sientan en una mesa colocada delante del altar. El primero toma una papeleta, la abre y mira el nombre del elegido y la pasa al segundo, que hace lo mismo y la pasa al tercero, el cual lee en voz alta e inteligible el nombre, para que todos puedan escucharlo y anotarlo.

Concluido el escrutinio, se suman los votos obtenidos por los diferentes nombres y se anota. El último escrutador que lee las papeletas las va perforando con una aguja en el punto donde aparece la palabra ELIGO y la inserta en un hilo. Al final se atan los extremos del hilo con un nudo y las papeletas así unidas se ponen en un recipiente o al lado de la mesa. Si ninguno de los elegidos alcanza los dos tercios de la votación no hay Papa y si lo logran ya hay nuevo sucesor de Pedro. En ambos casos habrá que proceder a un control de las papeletas. Si todo es correcto y antes de que los cardenales abandonen la Capilla todas las papeletas son quemadas. En caso negativo habrá que volver a votar.
 
Los cardenales invocan al Espíritu Santo
 
 
"Dios no tiene dudas sobre el nuevo Papa. Somos nosotros los que las tenemos. Recemos para que los cardenales puedan identificar la voluntad de Dios": así comenzaba la homilía del domingo el cardenal Francis Arinze, el único "papable" africano. "El nuevo Papa deberá ser un predicador porque Pedro lo era –apuntó Arinze— y deberá ser un pastor que se sacrifique por el pueblo de Dios".
 
Con estas palabras ha descrito al nuevo Pontífice que será votado en los próximos días.Cada cardenal tiene sus preferencias, pero ha habido unanimidad en señalar que Dios ya tiene elegido un obispo de Roma, y que su tarea es comprender la voluntad divina. Así lo ha manifestado otro "papable", el cardenal Tettamanzi, en un mensaje escrito a las hermanas de La Virgen Niña, donde se ha alojado los últimos días: "17 de abril de 2005, cuarta semana de Pascua, en la vigilia del Cónclave. La Iglesia con María está en oración, segura de que se renovará, aún una vez más, el milagro de Pentecostés, principio y fuerza de la juventud espiritual permanente de la Esposa amada y santificada por Cristo nuestro Señor".

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