(Libertad Digital) Después de la bronca política que provocaron las palabras del presidente del Gobierno, Eduardo Zaplana preguntó a la vicepresidenta si su idea de regeneración política se resume en la actuación de Zapatero respecto a la participación de Batasuna-ETA en las elecciones vascas.
Zaplana comenzó apuntando que de la actitud del presidente del Gobierno “se desprende que antepone otras cosas al cumplimiento de la Ley”. Prosiguió reprochando a Zapatero que “la celebración del éxito de Batasuna no es una certeza para el presidente, llamar a Otegi a negociar no es una certeza y la única certeza –concluyó– el la irresponsabilidad y la vaciedad del presidente”. En definitiva, según Zaplana, “no somos desleales; la única deslealtad al Pacto Antiterrorista es del presidente, pero no con nosotros, sino con la inmensa mayoría de los españoles. Así regeneran ustedes la vida política española”, concluyó.
De la Vega y los “atajos” contra el terrorismo
Retomando el último argumento de Zaplana –habitual en el estilo de María Teresa Fernández de la Vega– la vicepresidenta del Gobierno contestó con brevedad: “Vamos a regenerar la degeneración que ustedes nos han dejado”.
El portavoz popular replicó: “No pierdo la esperanza”. Refiriéndose así a la escasa respuesta de su interlocutora, Zaplana recordó que “no hace muchos años, en los ocho años de legislatura del PP se pactaba contra el terrorismo desde la fortaleza de la mayoría absoluta”. Recordó que esas medidas se sometían a consenso y consulta entre las fuerzas democráticas. “Eso es lo que ustedes han roto”, lamentó el popular. “La rehabilitación de Batasuna –concluyó– es la única regeneración que se les conoce”.
La última réplica de la vicepresidenta volvió a levantara a los diputados del PP de sus asientos “Nadie, absolutamente nadie –dijo De la Vega– va a conseguir que este Gobierno utilice atajos legales contra el terrorismo”. Y para la número dos de Zapatero, “no usar atajos es una forma de regeneración democrática”. El resto de la respuesta estaba preparado según el RAE: “Regenerar –leyó– según la Real Academia de la Lengua Española es dar nuevo ser a algo que degeneró, eso es lo que hemos hecho”. Así que, la regeneración democrática, en su opinión, “se nota, vaya que se nota”. El Gobierno contribuye a ello, concluyó, “alentando la concordia por encima del rencor”. En ese momento se escuchó un prolongado “oh” satírico en las filas populares. Pero De la Vega no había acabado su turno: “La segunda acepción de regenerar es hacer que alguien abandone hábitos reprobables”. “En ello estamos, señoría, esperando que se regeneren como oposición pero me temo –ahora sí, concluyó– que en ese terreno usted no pisa nada fuerte”.