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CARTA ABIERTA de Federico Trillo a Manuel Marín tras la bronca en el Congreso

Hasta tres llamadas al orden, dos de ellas formales, recibió este miércoles Federico Trillo del presidente de la Cámara, Manuel Marín. El socialista apeló a la condición de ex presidente del Congreso del diputado popular reprochándole que era el menos indicado para contribuir al desorden parlamentario. Trillo se rió por la intervención de la vicepresidenta De la Vega que describió a Zapatero como el presidente con más apoyos de la democracia y hasta "el más simpático". Tras la bronca, el diputado popular ha remitido a Marín una carta que él mismo ha querido dar el carácter de "abierta" porque "pública ha siso la reprensión". Reproducimos a continuación y en su integridad el contenido de la misiva.

Excmo. Sr. D.
Manuel Marín
Presidente del Congreso de los Diputados
CASA
 
Madrid, 27 de abril de 2005
 
 
Señor Presidente y estimado amigo:
 
Tengo para mí que ha debido ser muy ingrato para su Presidencia llamar tan severamente al orden, dos veces consecutivas, a un antecesor en la Presidencia de la Cámara.
 
Por respeto a su autoridad he acatado su decisión en el Pleno, ante el que he intentado sencillamente aclarar, como hago ahora, que la actitud reprendida sólo podía ser la risa floja —no estridente, pero si imparable— provocada, no se si de propio intento, por la Vicepresidenta Sra. Fernández de la Vega en sus loas al Presidente Zapatero, en un logrado esfuerzo por no contestar a la pregunta del Portavoz de mi Grupo  Eduardo Zaplana (al que agradezco su amparo).
 
Reconozco que me ha sorprendido la llamada al orden, pues la risa, hasta la fecha, no había sido considerada concepto ofensivo o actitud indecorosa. Pero aún me ha sorprendido más la reprensión pública con la que luego me ha exhortado a la ejemplaridad. Puestos a ejemplificar, bien podía tomar nota de la Presidencia de la VI Legislatura, en la que me correspondió el honor de dirigir los debates, también sin mayoría absoluta, y en la que no tuve nunca un incidente comparable a los que tan frecuentemente merecen como hoy su acaloramiento.
 
Me permito, por ello, devolverle el consejo entre colegas. Practique más el humor y menos la irritación. Puede que así le vaya tan bien como a mí me fue en esta Casa; se lo deseo sinceramente, entre otras cosas, porque reírse no merecerá más llamadas al orden y, además, serena mucho.
 
Respetuosa y afectuosamente,
 
Fdo. Federico Trillo-Figueroa
 
PD.- Como pública ha sido la reprensión, doy a esta carta carácter abierto.

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