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ISABEL DURÁN, desde el Congreso: Los pluscuasatisfechos del Club: “Pásalo”

Sabedor como nadie de que Zapatero llegó a presidente por el 11-M y los días de infamia posteriores, en gran parte gracias a sus tejemanejes, Alfredo Pérez Rubalcaba ha hecho de telonero perfecto en este Acto Primero del Club del Regreso al Pasado.
 
En su empeño por arrinconar al PP, con su habitual destreza argumental, el portavoz parlamentario del Grupo Socialista ha dedicado su intervención a intentar demostrar al país de la que se ha librado al echar al Partido Popular del Gobierno, artífice de una política “autoritaria, antigua y antisocial”.
 
Pero había que convertir a su nuevo líder en el primo hermano de Hitler así que ha calificado el discurso de Mariano Rajoy como el más duro, descalificador, e injusto jamás oído en la Cámara  y hasta ha asegurado que  ha pronunciado la infamia más grande jamás escuchada en el hemiciclo.
 
Al ex portavoz del Gobierno en la etapa en la que afloraron los GAL, sin embargo, se le venía el chiringuito abajo cuando, cada vez que ponía de víctima al Gobierno zapateril y al PSOE –sobretodo cuando retorcía hasta límites insospechados la política antiterrorista del PP– la diputada popular, Blanca Fernández Cabrel, gritaba desde su escaño “¡PÁSALO!”.
 
Y es que el Partido Socialista y el Ejecutivo no están “pluscuasatisfechos” [sic], al decir de su portavoz. Lo que están es muy nerviosos. No consiguen despegar en las encuestas de un Partido Popular al que por mucho que denuestan y atacan, le pisa los talones. Por eso a Zapatero y Rubalcaba el Debate les ha salido mal, muy mal. Querían hablar de su alianza de civilizaciones, de los homosexuales,  de las Azores y de Kofi Annan pero el debate ha terminado como empezó. Ha sido el debate del terrorismo, de la ruptura de las reglas de juego por parte del presidente del Gobierno, de la victoria de los nacionalistas, de la puesta en escena de la victoria de la izquierda radical, revanchista, del juego sucio y de las trampas.
 
“Los españoles no nos merecemos la oposición que ustedes hacen”, ha dicho el Fouché de ZP y de Polanco. ¡Pues hala, que les echen a todos los del PP del Parlamento, como hicieron sus nuevos y democráticos socios en una ocasión en la Cámara de Vitoria!. De nada sirve el lírico y teatrero cierre de José Luis Rodríguez Zapatero si, “preso voluntario” de sus socios, ha instalado al Gobierno de España en radical y extremista furibundo Club del Regreso al Pasado.
 

 
El Club del Regreso al Pasado
 
Los pocos diputados que –antes de la intervención de Rubalcaba– aguantan en sus escaños el interminable Debate del estado de la Nación que dura ya más de quince horas de pleno, no ocultan que apenas prestan atención a lo que allí se parlamenta. Nunca, desde que Felipe González estableció el examen de política general hace 22 años había sido tan eterno, insidioso y soporífero.
 
No hace falta esperar a las votaciones ni a las propuestas de resolución de la próxima semana. El primer Debate de José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa ha sellado de forma concluyente la entrada del Gobierno de España en un nuevo club: el Club del Regreso al Pasado.
 
La larga jornada del día 11 y la que llevamos de segundo día han consagrado la radicalidad del cambio en el que nos ha sumido el presidente socialista. Una mayoría de izquierdas ávida de poder cargado de revancha y rencor contra la derecha que llevó al país a unos parámetros de bienestar económico y social jamás antes conocido. Una apisonadora radical antiespañola, anticatólica, antiamericana y deseosa de reavivar los odios intestinos de las dos Españas a base de humillar y aniquilar a la derecha.
 
Todos los ciudadanos pudieron constatar entrada la noche de la primera jornada del debate a través de la pantalla del televisor algo que ya sabían. Que el premio gordo de la lotería nacional ha caído en la Esquerra Republicana de Cataluña. Joan Puigcercós no tuvo el menor recato en hacer pública ostentación del premio desorbitado a su deslealtad e insolidaridad con el resto de los españoles a los que desprecia como chupópteros del bote y con quienes sólo piensa cómo romper su relación.
 
El júbilo desmedido de ERC con su Bienvenido al Club al presidente socialista del todavía Reino de España levantó acta del premio y de que el juego está a partir de ahora definitivamente amañado. Por la mañana fueron los nacionalistas del PNV los que escenificaron su puesto de mando en el consabido Club del Regreso al Pasado. Un Partido Nacionalista Vasco, hermano de Carod Rovira, de forma adusta, seria sin ocultar su euforia por la victoria adoctrinaba al invitado especial al club.
 
Los de la pedrea nacionalista anti-PP han ido desgranando después el precio de su premio. Sólo queda que Alfredo Pérez Rubalcaba especifique hasta dónde está dispuesto a llegar, si a la vuelta a 1873, a 1931 o al golpe del 34.
 
Lea aquí la crónica desde el Congreso del día 11.
 

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