El Barcelona gana su decimoséptimo título de Liga tras seis años de sequía

(Libertad Digital) La tensión se mascaba en el aire después del empate del Madrid en el Sánchez Pizjuán. El Barcelona confiaba en una victoria del Sevilla y tuvo que sufrir de lo lindo ante el Levante para dejar ya totalmente sentenciada la Liga. Y es que, además, el planteamiento de José Luis Oltra creó muchos problemas al cuadro barcelonista durante algunas fases del encuentro. El Barcelona salió al campo pensando que no iba a ser necesario jugar a la desesperada. Y así fue, pero tan sólo durante los primeros diez o quince minutos.

A partir de entonces la intensidad en el juego creció porque el Levante, agazapado en su parcela, no daba opciones a un Barcelona que tenía el balón, pero que encontraba muchas dificultades para hacer algo interesante con él. El equipo local, con Celestini y Diego Camacho por detrás de Rivera, había planteado el encuentro a la contra y salía cada vez con más peligro. Suya fue la primera ocasión del partido. Fue en una vaselina de Rivera que Víctor Valdés, muy acertado, envío a córner en el minuto 25. El Levante iba a más y el Barcelona a menos, mientras el juego se endurecía con algunas entradas escalofriantes, en especial una de Jesule y otra de Deco.

Un pase de Congo a Rivera puso el 1-0 en el marcador en el minuto 35 con un remate colocado desde el borde área, que entró por la izquierda de Valdés. A partir de entonces y hasta el descanso, el partido fue trepidante. Un minuto después Ronaldinho tuvo una clara oportunidad para empatar, pero la mejor ocasión del equipo catalán fue un gran remate de Eto'o al larguero cuando se cumplía el minuto 45 de juego.

Igual de espectacular fue el inicio del segundo tiempo con dos claras ocasiones de gol para el Levante, la primera en una galopada de Congo y la segunda en el minuto 52 en un gran disparo al poste de Jofre, tras un error de Valdés. Para entonces, Rikjaard ya se había percatado de que su centro del campo no funcionaba y había dado entrada a Motta en lugar de Iniesta para neutralizar la capacidad de creación de Rivera. Ahí estuvo la clave de la recuperación del control del juego por el Barcelona y de la posterior igualada.

El Levante no fue capaz de apuntillar al Barcelona antes de que su rival recuperara el equilibrio perdido hasta entonces y la calidad del equipo catalán apareció en un córner que Márquez desvió y Eto'o, de cabeza, introdujo en la portería levantinista. Era su segunda ocasión del partido. El partido perdió fuerza tras el empate que convertía al Barcelona en campeón del torneo y, por momentos, dio la impresión de que al Levante también le valía el punto, por lo que la pelota fue nuevamente para el equipo visitante ante un conjunto local que volvió a jugar como al principio, al contragolpe.

Las posesiones de balón del Barcelona empezaron a ser eternas, pero el Levante no se descompuso, ya que mantenía la esperanza de sorprender, como ya había ocurrido en el primer periodo, al rival en una acción a la contra. Con todo decidido se llegó al final, cuando se produjo la explosión de júbilo de los jugadores y seguidores del Barcelona, en el momento en el que el árbitro navarro Undiano Mallenco pitó el final. Aquest any sí, el Barça campió.