LD (EFE) El vicepresidente económico del Gobierno dijo que "los problemas que existen son enormes", pero consideró que "hay esta buena disposición para intentar llegar a un acuerdo, aunque advirtió de que "queda mucho trabajo por hacer".
El objetivo es limar todas las diferencias en menos de dos semanas para que los líderes europeos puedan lograr el consenso en la cumbre que celebrarán el 16 y 17 de junio en Bruselas.
Entre los problemas aún abiertos, Solbes enumeró que hay diferencias en cuanto al montante total, la atribución por recursos y los recursos propios, en este último caso se incluye el polémico "cheque británico". Además, señaló que también hay "problemas específicos por el caso español", es decir, la brusca pérdida de ayudas que España experimentará a partir de 2007 debido a la ampliación de la UE al este hace ahora un año.
En cuanto al problema planteado por Reino Unido, que se niega a renunciar al "cheque británico" –devolución neta que recibe de las arcas comunitarias desde 1984–, Solbes dijo que encontrar una solución "puede ser imprescindible para llegar a un acuerdo". El cheque británico cuenta con la oposición de todos los países, que lo consideran ya fuera de lugar, y mientras la Comisión Europea ha propuesto sustituirlo por un mecanismo de corrección generalizada para todos los países, la presidencia propugna congelarlo el año que viene y proceder a su reducción progresiva.
El objetivo es limar todas las diferencias en menos de dos semanas para que los líderes europeos puedan lograr el consenso en la cumbre que celebrarán el 16 y 17 de junio en Bruselas.
Entre los problemas aún abiertos, Solbes enumeró que hay diferencias en cuanto al montante total, la atribución por recursos y los recursos propios, en este último caso se incluye el polémico "cheque británico". Además, señaló que también hay "problemas específicos por el caso español", es decir, la brusca pérdida de ayudas que España experimentará a partir de 2007 debido a la ampliación de la UE al este hace ahora un año.
En cuanto al problema planteado por Reino Unido, que se niega a renunciar al "cheque británico" –devolución neta que recibe de las arcas comunitarias desde 1984–, Solbes dijo que encontrar una solución "puede ser imprescindible para llegar a un acuerdo". El cheque británico cuenta con la oposición de todos los países, que lo consideran ya fuera de lugar, y mientras la Comisión Europea ha propuesto sustituirlo por un mecanismo de corrección generalizada para todos los países, la presidencia propugna congelarlo el año que viene y proceder a su reducción progresiva.
Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo y presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker, reconoció que Europa no inspira confianza a los consumidores ni a los inversores y reclamó a los líderes de los Veinticinco un acuerdo en junio sobre el presupuesto comunitario con el fin de invertir la tendencia y demostrar que son capaces de tomar decisiones.