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Rodríguez promete convocar a elecciones y pide una "tregua" para atender las demandas sociales de Bolivia

Eduardo Rodríguez, ex titular de la Suprema Corte de Justicia, ha sido elegido por el Congreso de Bolivia como presidente después de que fuera aceptada la dimisión al cargo de Carlos Mesa y que renunciaran a sus aspiraciones presidenciales los presidentes del Congreso y del Senado. Tras jurar su puesto en Sucre, el nuevo mandatario convocará a elecciones generales anticipadas. El cambio se produce tras un mes de violentas protestas encabezadas por los indigenistas de Evo Morales y Felipe Quisque.

Eduardo Rodríguez, ex titular de la Suprema Corte de Justicia, ha sido elegido por el Congreso de Bolivia como presidente después de que fuera aceptada la dimisión al cargo de Carlos Mesa y que renunciaran a sus aspiraciones presidenciales los presidentes del Congreso y del Senado. Tras jurar su puesto en Sucre, el nuevo mandatario convocará a elecciones generales anticipadas. El cambio se produce tras un mes de violentas protestas encabezadas por los indigenistas de Evo Morales y Felipe Quisque.

L D (Agencias) Los 157 senadores y diputados que asistieron en Sucre, capital constitucional de Bolivia, a una sesión urgente del Congreso, han desigando a Eduardo Rodríguez como presidente de Bolivia tras aceptar la renuncia de Carlos Mesa. La designación del mandatario, el único con potestad constitucional para convocar a elecciones anticipadas, juró su cargo casi a la medianoche de este jueves.
 
En su discurso, Rodríguez Veltzé solicitó una tregua a los sectores sociales movilizados, a los que invitó a "darse la mano" para encontrar una solución concertada a las demandas por las que han paralizado el país. El mandatario rogó a los líderes de las organizaciones en huelga desde hace un mes que utilicen "la capacidad de reencontrar, solidariamente, el día de mañana, la posibilidad de darnos la mano nuevamente, en paz".
 
El flamante mandatario, que después ofreció una breve rueda de prensa, confirmó que conducirá un proceso electoral, adelantado a la fecha prevista, para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo, como lo plantearon los huelguistas, aunque aclaró que su celebración depende de una ley que debe dictar el Congreso. Asimismo, se adhirió a la demanda nacional de recuperar la propiedad de los hidrocarburos, conforme establece la Constitución, y prometió ejecutar la normativa complementaria a la Ley de Hidrocarburos que sancione el Parlamento. Sin embargo, aseveró que para la petición de nacionalización de los campos de gas y petróleo, planteada por muchos sectores, afirmó que no tiene "una respuesta inmediata" y que la cuestión es de una magnitud compleja cuya resolución corresponde al Congreso.
 
En una segunda resolución, los legisladores aprobaron la renuncia de los presidentes de las cámaras de Senadores y Diputados, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío, como pedían desde hace días mineros, campesinos, maestros y otros sectores sociales. Estas renuncias dieron paso al nombramiento automático de Rodríguez, un abogado de 49 años, casado y con cuatro hijos.

Rodríguez señaló en su discurso que está "convencido que su mandato "tiene que ver con una renovación del sistema" y dijo que una de sus atribuciones será convocar a comicios anticipados, aunque no precisó en qué fecha. Asume el cargo, dijo,  "imbuido del mejor sentido, no solamente de responsabilidad patriótica, sino convencido de que la democracia y el sentido de unión y paz es el mejor destino para los bolivianos". Sus palabras fueron dirigidas "particularmente a quienes en las últimas jornadas han expresado protestas, sacrificios, han sufrido las consecuencias y todos aquellos que creen que Bolivia es una sola".
 
Sucre, La Paz y Cochabamba, aisladas
 
Antes de que Rodríguez fuera designado presidente, las organizaciones mineras, campesinas y de izquierda, encabezadas por el Movimiento al Socialismo (MAS), que encabeza Evo Morales, llamaron a extender por todo el país la desobediencia civil tras la muerte de un minero por los disparos de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, la ciudades de La Paz y El Alto, las más castigadas por las protestas y los bloqueos en las últimas semanas, vivieron una jornada relativamente más tranquila, ya que aunque prosiguieron las marchas que congregaron miles de manifestantes no hubo choques violentos.
 
Los hospitales de La Paz cuentan con víveres, medicinas, oxígeno y gas para sólo unos días, lo que llevó a la Cruz Roja a solicitar ayuda alimenticia y medicinas y así evitar que en los centros de salud empiece a haber víctimas colaterales del conflicto. También se sucedieron huelgas de hambre protagonizadas por miembros de distintas asociaciones cívicas, al tiempo que los líderes sindicales advirtieron de que llegará a La Paz un numeroso grupo de cocaleros procedentes de Yungas, la zona tropical del nordeste de La Paz.
 
Sucre, La Paz y Cochabamba quedaron aisladas al suspenderse los vuelos en sus aeropuertos. El personal de Navegación Aérea de Bolivia inició una huelga que paralizó el aeropuerto internacional de El Alto, que sirve a la ciudad capital, y posteriormente se unieron al paro los trabajadores de los aeropuertos de Sucre y Cochabamba. El único puerto aéreo internacional que opera con relativa normalidad es el de la ciudad oriental de Santa Cruz, donde arriban sólo los vuelos procedentes del exterior, pero es imposible llegar hasta allí desde las otras urbes bolivianas aisladas.

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