L D (Europa Press) En la colocación del coche bomba que explotó el pasado sábado en el estadio de La Peineta, se detectó el mismo "modus operandi" similar al de la calle Rufino González, cometido justo un mes antes: los terroristas aparcaron el vehículo en el aparcamiento a primera hora de la mañana y huyeron de la zona. Cuando llegaron a Vizcaya, llamaron al diario Gara para advertir que el vehículo haría explosión a las siete de la tarde.
La Policía investiga si el método de huida fue similar al utilizado el 25 de mayo. Aquel día, una pareja de terroristas, compuesta por un hombre y una mujer, aparcaron una Renault Express con 20 kilos de cloratita en la calle Rufino González, a pocos metros de la estación de metro de Suances, y, a continuación, tomaron un taxi pidiendo a su conductor que les llevara a Segovia, explicaron las fuentes consultadas por Europa Press.
Una de las etarras identificada
De los miembros del grupo que podría haber cometido los tres atentados de Madrid los días 9 de febrero, 25 de mayo y 25 de junio sólo ha trascendido un posible nombre, el de Alaitz Areitio Azpiri, alias "Arrano", quien habría participado, al menos, en el atentado de la calle Rufino González junto a otro etarra, un hombre.
Contra "Arrano" figura una orden de busca y captura internacional dictada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón después de que la terrorista huyera de una operación policial contra el aparato de captación de ETA en la provincia de Guipúzcoa, que se desarrolló el 1 de abril de 2003. En el momento del operativo, Areitio Azpiri era la jefa de esa infraestructura de captación en la provincia de Guipúzcoa.
Gran repercusión con poca capacidad de acción
En todo caso, el análisis de los expertos policiales concluye que ETA está logrando una gran repercusión con una capacidad de actuación muy limitada, hasta tal punto de que por fechas y distancia, ese mismo grupo de varios miembros se podría haber desplazado a Zaragoza para atentar contra el aeropuerto civil de la ciudad el pasado 10 junio con dos granadas "Mekar" lanzadas con tubos de PVC, de las cuales una no llegó a salir proyectada y quedó alojada dentro.
Otra de las circunstancias que destacan los expertos sobre la comisión de estos atentados es el "arrojo" de los autores, desde la utilización de un taxi para huir de Madrid, en el caso de la furgoneta-bomba de Suances, hasta la colocación de un pequeño artefacto en las proximidades de la basílica del Valle de Los Caídos. En este caso, decidieron colocar un pequeño artefacto para destrozar un puente de madera ornamental, tras haber robado una furgoneta en El Escorial, y arriesgarse a ser arrestados antes de colocar el coche-bomba en el sur de Madrid, recuerdan los expertos consultados.