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Villepin supera la moción de censura de los socialistas que centran sus críticas en el presidente Chirac

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, superó este martes gracias a su amplia mayoría parlamentaria la moción de censura socialista, que se convirtió sobre todo en una crítica contra el presidente francés, Jacques Chirac, y contra el recurso, según los socialistas, del actual Gobierno de legislar por decreto. La moción recibió el apoyo de los diputados socialistas, comunistas, ecologistas y radicales de izquierdas, en total 177 de los 577 miembros de la Asamblea Nacional. Los parlamentarios de la centro-liberal Unión por la Democracia Francesa (UDF) no se sumaron a la censura, pese a la dureza de sus críticas a Villepin.

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, superó este martes gracias a su amplia mayoría parlamentaria la moción de censura socialista, que se convirtió sobre todo en una crítica contra el presidente francés, Jacques Chirac, y contra el recurso, según los socialistas, del actual Gobierno de legislar por decreto. La moción recibió el apoyo de los diputados socialistas, comunistas, ecologistas y radicales de izquierdas, en total 177 de los 577 miembros de la Asamblea Nacional. Los parlamentarios de la centro-liberal Unión por la Democracia Francesa (UDF) no se sumaron a la censura, pese a la dureza de sus críticas a Villepin.
L D (EFE) El presidente del grupo socialista en la Asamblea, Jean-Marc Ayrault, encargado de la defensa de la moción de censura, había cargado en su discurso contra Chirac, pero también contra Villepin por su fidelidad al jefe del Estado y "la ceguera de un régimen que va a la pérdida y que arrastra el país en su caída".

Ayrault explicó que si Francia duda ahora sobre su futuro es porque "los valores de igualdad y de justicia tienen cada vez menos realidad" y "la culpa es del jefe del Estado", ya que sus discursos sobre la fractura social "se contradicen con la puesta en práctica de una política anti social". "La presidencia Chirac es la presidencia del declive", señaló el jefe del grupo socialista, que afirmó que "raramente Francia ha estado tan fragmentada", y pidió "una política de refundación republicana". Ayrault dijo no cuestionar las cualidades personales del jefe del Ejecutivo, pero le recordó que está a la cabeza de "un Gobierno en fin de reino", dirigido por un presidente que "lo ha prometido todo y conseguido muy poco".

Denunció la voluntad de reformar la legislación laboral por decreto del Gobierno -que utiliza el argumento de la urgencia-, y subrayó que "lo urgente es relanzar el poder adquisitivo", doblar la prima por el empleo, favorecer la inversión y poner en marcha dispositivos para prevenir las deslocalizaciones de empresas. Ayrault ironizó: el Gobierno "pretende decretar el trabajo" por la premura del tiempo, pero "¿qué quiere decir la urgencia cuando el paro de masas gangrena el sistema social desde hace años?"

En alusión al rechazo del Tratado constitucional europeo en el referéndum, el diputado socialista se quejó a Villepin de que "al seísmo del 29 de mayo, usted responde con la continuidad", ya que aunque se hayan cambiado carteras respecto al anterior Gobierno de Jean-Pierre Raffarin "conserva los mismos hombres y las mismas mujeres". También lanzó varias puyas contra el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, en particular sobre su iniciativa de endurecer las penas contra los delincuentes reincidentes, y frente a eso argumentó: "antes de crear nuevas leyes, empecemos por aplicar plenamente las leyes que existen".
 
Villepin consideró que la moción estaba "desconectada de la realidad, del pueblo" y era "una opción incomprensible para la mayoría de los franceses" al atacar a un Gobierno que da respuestas pragmáticas. Los franceses no piden ni inmovilismo, ni ideología, sino "audacia, valor y resultados" aseguró el primer ministro, que acusó a los socialistas de que "nadie aquí sabe cuál es su política". Villepin evocó el Gobierno del primer ministro socialista Lionel Jospin (1997-2002), y en particular la política de reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales: "Francia se metió en la vía sin salida del reparto del trabajo". "No pretendo tener las claves del retorno al pleno empleo", señaló el jefe del Gobierno conservador, que afirmó que en Francia se habían cerrado los ojos a los cambios que se producían en el mundo con la emergencia de China, y a las cosas que funcionaban en otros países europeos.

Defendió su reforma laboral, cuyo principal elemento es un nuevo contrato con un periodo de prueba ampliado a dos años para las empresas de más de 20 asalariados, y dijo que se trata de dar "nuevas flexibilizaciones para las empresas y nuevas seguridades para los asalariados".

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