L D (Europa Press) Juncker explicó ante su Parlamento, que decidió mantener el referéndum sobre el Tratado europeo el 10 de julio, no saber si dicho texto entrará algún día en vigor en su forma actual, pero pidió en cualquier caso a sus ciudadanos el 'sí' por ser una cuestión "de corazón". Luxemburgo es el único país que no ha suspendido el referéndum.
El primer ministro luxemburgués es junto a Zapatero el líder europeo que más vehementemente ha defendido el Tratado, tras el no francés y holandés. "Si Francia y Países Bajos no adoptan el Tratado de aquí a mediados de 2007, no podrá entrar en vigor en su forma actual, pero si el Tratado –lo que considero altamente improbable– debe renegociarse, yo preferiría estar en el campo de los que hayan dicho "sí", porque su posición de negociación será más fuerte que la de los que dijeron no", manifestó.
El presidente de turno de la UE continuó: "No puedo más que pedir a mis conciudadanos que voten sí el 10 de julio; se trata de nuestro lugar en la Unión Europea, de nuestra armonía con nosotros mismos, de reconciliarnos con lo que construimos anteriormente y de lo que queremos hacer en el futuro; ¡es un asunto de corazón!".
Los "éxitos" de Juncker y los "simplistas" que defienden "el mercado"
El jefe del Gobierno luxemburgués, que hizo balance de su Presidencia de turno de la UE, subrayó dos grandes éxitos, que fueron la reforma del Pacto de estabilidad y crecimiento y la reactivación de la estrategia de Lisboa. El último gran expediente, las perspectivas financieras para el período de 2007 a 2013, que no pudo cerrarse en el Consejo Europeo 16 y del 17 de junio de 2005 es, para Juncker, la señal tangible de una "grave y fundamental separación en Europa"
"Es necesario defenderse contra las palabras simplistas que predican la supremacía de los mercados y que no establecen ninguna respuesta a los problemas europeos serios", dijo. Para el primer ministro, el Tratado es el garante de que la Unión Europea pueda avanzar sobre el camino de la integración manteniendo al mismo tiempo los instrumentos de solidaridad comunitaria y social que ya existen.
En este contexto, destacó también la importancia de la política agrícola común cuyos mecanismos de regulación del mercado "siguen siendo necesarios para la producción y controles alimentarios y sanitarios de alta calidad, que no sólo benefician a los agricultores y viticultores, si no también a toda la población europea".
El ejemplo de los Balcanes
Juncker abogó también por un amplio ejercicio de explicación sobre la Unión Europea. En particular, sobre las razones de su creación, su desarrollo y su razón de ser. "Vivimos sobre un continente que tiene un potencial de conflicto enorme, donde los reflejos de nacionalismo distan mucho de estar controlado tanto en los individuos como en los Estados", explicó Juncker que hace sólo diez años las guerras étnicas devastaban una parte de Europa, en referencia a la guerra de los Balcanes en la que la incapacidad política y militar de la UE obligó a rogar a los EEUU que interviniesen.
La ampliación es para Juncker la respuesta de la Unión Europea a las convulsiones políticas y geográficas del final de los años 80 y del principio de los años 90. "¿Tendría que haberse dejado a estos países en una situación de miseria económica y sin perspectivas?", preguntó el primer ministro luxemburgués, para quien la respuesta no podía ser sino ofrecer la perspectiva de una adhesión o de una aproximación a la Unión Europea, con el fin de estabilizar a las nuevas democracias que, dejadas a su suerte, habrían conocido conflictos insuperables.