L D (Europa Press) El enfrentamiento tiene su origen en el Pleno del día 30 de junio, cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intervino al término del debate sobre la aprobación de la reforma del Código Civil que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo. Rajoy pidió entonces la palabra al presidente del Congreso para responderle, pero Marín se lo denegó. En el curso de esa discusión sobre si debía o no intervenir Rajoy, la secretaria primera de la Mesa, con el reglamento del Congreso en la mano, trató de interceder ante Marín para que se concediese el uso de la palabra al jefe de la oposición. El gesto irritó al presidente de la Cámara, quien ordenó a Sainz sentarse en medio de la sesión.
El episodio no acabó ahí y, según explicó María Jesús Sainz a Europa Press, Marín le volvió a recriminar su intervención en los pasillos de la Cámara, emplazándola a la siguiente reunión del órgano de gobierno del Congreso, que se celebró el pasado miércoles. En dicha reunión, el propio presidente de la Cámara sacó el tema ante los miembros de la Mesa anunciando su intención de replantear el papel de los secretarios en las sesiones plenarias y recalcando que sólo deben intervenir a instancias de la Presidencia. A su juicio, la actuación de la secretaria primera fue inadecuada porque implicaba desautorizar al presidente, que es quien ordena los debates.
Al pedir Sainz explicaciones, volvió a suscitarse la discusión, que según los presentes se desarrolló a gritos y que resultó muy desagradable. La diputada del PP dijo sentirse muy "dolida" y "disgustada" por la actitud "autoritaria" del presidente de la Cámara, que tachó de "intimidatoria" y "acongojante", casi un "acoso". Sainz se quejó de los "gritos y gestos increíbles" de Marín y denunció que no se permitió intervenir al resto de diputados del PP que forman parte de la Mesa. En este contexto, el Grupo Popular ha dirigido un escrito de queja a Marín, en el que expresa su "más enérgica protesta" por los términos en que se produjo la reunión de la Mesa del día 6 de julio", donde se "reprendió a la secretaria primera de forma extremosa y descomedida, lesiva" tanto para la cortesía parlamentaria como para "las normales normas de urbanidad comúnmente observadas en el tratado entre las personas".
En el escrito, al que tuvo acceso Europa Press, el principal partido de la oposición hace un relato pormenorizado de los hechos y destaca que la "pérdida de las formas verbales y gestuales, siempre reprobable, lo es tanto más cuando su señoría está desasistido de toda razón en el fondo del asunto que provocó el incidente". Por todo ello, el PP asegura que el "atrabiliario y despótico uso de sus facultades de dirección del debate" que hizo el presidente del Congreso configura un "ejemplo arquetípico de abuso y desviación del poder".
Además, recalca que sus facultades interpretativas del Reglamento no pueden llevar al extremo de "restringir arbitrariamente las competencias de algún miembro de la Mesa". Según añade, sólo una "rectificación explícita" del propósito enunciado por Marín "podría corregir la arbitrariedad en la que se ha incurrido". Por último, y teniendo en cuenta la "amplia repercusión pública" del incidente en el "daño de la integridad moral de María Jesús Sainz", pide la presentación pública de una "excusa" como "mínima reparación de la lesión causada". De hecho, subraya que si no se da una "satisfacción adecuada" se reserva el recurso a todas las instancias reglamentarias y legales que procedan.