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ETA expulsa al sanguinario Pakito por haber pedido el abandono de las armas

La banda ETA ha decidido expulsar de sus filas terroristas a uno de sus miembros más sanguinarios, el etarra "Pakito", que está considerado como el inductor de al menos 23 asesinatos. El que fuera dirigente de los pistoleros en una de las épocas que más atentados cometieron suscribió el pasado año un documento público junto con otros cinco etarras en el que abogaba por el abandono de las armas. Los otros firmantes también han sido expulsados del colectivo que agrupa a los presos de la banda.

La banda ETA ha decidido expulsar de sus filas terroristas a uno de sus miembros más sanguinarios, el etarra "Pakito", que está considerado como el inductor de al menos 23 asesinatos. El que fuera dirigente de los pistoleros en una de las épocas que más atentados cometieron suscribió el pasado año un documento público junto con otros cinco etarras en el que abogaba por el abandono de las armas. Los otros firmantes también han sido expulsados del colectivo que agrupa a los presos de la banda.
L D (Agencias) La agencia Vasco Press ha difundido que la cúpula etarra ya ha comunicado la decisión a destacados terroristas que están encarcelados en prisiones de España y Francia.
 
Francisco Múgica Garmendia, "Pakito", fue máximo dirigente de la banda terrorista entre los años 1987 y 1992 y está considerado como el inductor de 23 asesinatos. Desde la prisión del Puerto de Santa María (Cádiz), donde cumple condena, "Pakito" y los otros cinco presos etarras habían tratado de impulsar un "debate interno" para que se reconsiderara la estrategia criminal de ETA. En su carta sostenían que la lucha armada ya "no sirve".
 
La misiva fue escrita en agosto de 2004 y su contenido salió a la luz en noviembre de ese mismo año. Los firmantes eran, además de "Pakito", Iñaki Bilbao Beaskoetxea ("Iñaki de Lemona"), Karlos Almorza Arrieta ("Pedrito de Andoain"), Kepa Solana Arrondo, Iñaki Arakama Mendia ("Makario") y Koldo Aparicio Benito. En el escrito, los presos etarras abogaban por "la lucha institucional", al constatar que "la lucha armada" que desarrollan "hoy en día no sirve" y que su "estrategia político militar ha sido superada por la represión del enemigo".
 
En la carta, también rechazaban una consigna de la dirección de ETA para organizar protestas en las cárceles. Entonces, reconocían que "nunca en la historia de esta organización nos hemos encontrado tan mal".

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